17-Guerra De Bandas

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Llamo a Alba pero no me contesta, acelero todo lo que puedo para llegar antes que los hombres de mi padre.

Encuentro a los chicos reunidos en un pequeño barco esperando a que el buque llegue.

-Fiorella que haces acá?.- me analiza Alba al ver que estoy agitada.

-Los hombres de mi padre vienen hacia acá, son unos cincuenta y están muy bien armados, debemos irnos de acá.

-Creo que es tarde.- comenta un chico mirando con los binoculares.

-Hay que esconderse y esperar a que se vayan, si nos enfrentamos será una masacre.

-La Latina tiene razón, debemos escondernos aquí en el barco.- habla una chica de la banda.

Uh me gusta que me digan así, puede que no sea 100% latina porque mi padre es italiano pero mi madre si que lo era, además que nací en Chile.

Todos nos cubrimos bien para que no nos vean, la bocina del buque suena lo que indica que deben sacar la carga.

Unos hombres sacan las grandes cajas y otros vigilan, llegan dos camiones listos para ser cargados, los comienzan a llenar con las cosas.

De pronto escuchamos unos balazos provenir desde las alturas, hay francotiradores disparando a los hombres de mi padre, apuesto a que son los Marchisio.
Llegan autos a unirse, las balas vuelan por todos lados, menos mal que mi hermano no está participando de esto.

-Mira esos son los enmascarados que casi nos matan el otro día.- los indica Alba.- Ellos parecieran que entrenaran para ser matones, son rápidos, ágiles y muy buenos disparando, la última vez casi te atraviesan la pierna.

-Se me ocurre algo.- sonrío maliciosa.

-Qué estás pensando?.

-A mi señal me van a seguir.

Observo como se enfrentan entre sí, muchos están abatidos, los Marchisio son muy buenos pero no voy a dejar que se salgan con la suya, casi me matan, es hora de cobrar algo más de justicia.

Hago que me sigan, caminamos a escondidas hasta que llegamos a los camiones, bajamos a los chóferes que ya están muertos, nos dividimos en dos grupos y aceleramos a todos lo que se puede, saliendo rápido del lugar.

Miro a través del espejo retrovisor, un motociclista nos sigue, le indico a los otros muchachos que se vayan delante de mí y que tomen otra ruta, si me detienen a mí al menos tendremos todo el otro cargamento.

Cada vez se acerca más, Alba saca su arma y dispara pero esquiva las balas como un maestro. Nos cambiamos de lugar quedando ella al volante.

Mientras acelera por la carretera, el motociclista implacable continúa persiguiéndonos, negándose a dejarnos escapar. De pronto una lluvia torrencial aparece, añade un elemento adicional de caos a nuestra frenética huida. El rugido de los motores, el sonido de las balas y el estruendo de los truenos se entrelazan en un caótico concierto de peligro y desafío, nada bueno va a salir de esto.

Ambas nos cubrimos nuestros rostros para que no nos descubran, Alba, con sus manos firmes en el volante, y yo, con los ojos escudriñando el horizonte, buscamos cualquier oportunidad para derrotar a nuestro perseguidor. La tensión en el aire es sofocante, sabiendo que cada decisión puede significar la vida o la muerte de ambas.

De repente, el motociclista se acerca peligrosamente a nuestro costado. Alba, sin vacilar, gira bruscamente el volante en un intento de sacarlo de la carretera. Los neumáticos chirrían mientras nuestro vehículo se desliza en una arriesgada maniobra. Por un instante, parece que el motociclista perderá el control, pero con una habilidad sorprendente, se recupera y continúa en nuestra persecución, dispara a los neumáticos del camión pero por suerte no causa daños.

La lucha se intensifica mientras avanzamos a toda velocidad. Le devuelvo el fuego intentando derribarlo, es hora de tomar cartas reales, da una frenada fresca logrando que quede delante de nosotras, al unísono, abrimos fuego contra el motociclista. Las balas vuelan por el aire, creando un mortal baile entre la vida y la muerte. En un momento de pura sincronización, logramos darle causando que pierda el equilibrio y se estrelle contra el pavimento.

Alba abre la puerta dispuesta a rematarlo pero la detengo a ver por los espejos las balizas de la policía.

Nos alejamos del desastre que hemos montado, la lluvia continúa azotando contra el parabrisas.
Nuestros corazones aún están acelerados por la intensidad de la persecución y la adrenalina que nos ha mantenido en alerta constante.

Finalmente, llegamos a nuestra guarida, un refugio clandestino donde nos sentimos relativamente seguras. Nos adentramos en la oscuridad de la casa abandonada, las luces tenues apenas iluminan nuestros rostros cansados pero decididos.

Los chicos ya están, nos abrazan al ver que estamos sanas y salvas, me siento en uno de los sofá viendo como se ponen a bailar y beber.

Me voy sin que se den cuenta, mi auto ha quedado en el puerto, aparece Beatrice, la llamé para que me viniera a buscar, me subo a su moto y me pongo el casco.

Llegamos a la mansión y entramos a escondidas por la parte trasera, estamos todas empapadas de agua, le paso una toalla y un pijama, yo me doy una ducha rápida.

-Te ves muy guapa en toalla.- ríe acostada en la cama.

-Soy divina.- modelo sensualmente hacia ella, la muevo y saco mi pijama de debajo de la almohada.

-Y que tal vas con ese chico?.- se acomoda mirándome fijamente.

-Somos novios secretos.- me acuesto a su lado.- Así que no puedes contar absolutamente nada.

-Perdí la esperanza de estar contigo entonces.- ríe dándome una nalgada.

-Nunca se pierde la esperanza.- revuelvo su cabello.- Aún quieres a mi hermano?

-El cariño siempre va a estar, fue una persona muy importante en mi vida pero sufrí demasiado a su lado, siempre que salíamos andábamos rodeados de guardaespaldas porque en cualquier momento nos podían matar, la mejor decisión que pude haber tomado fue alejarme de él.

-Ven acá.- nos abrazamos.

-No quiero que a ti te pase lo mismo, este es un vicio del que no puedes salir.

-Tranquila, que esto sólo será por una temporada.

De apoco se va quedando dormida, quedo mirando el techo con ella en mis brazos. Siento lágrimas rodar por mi rostro, quizás tengo que alejarme de esto, hoy me mostré dura pero tuve demasiado miedo a morir.

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Quizás se esta dando cuenta que todo esto siempre fue peligroso!!

MALA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora