O N C E

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Aún confundido salí de la habitación, no sé cómo carajos logré salir, pero lo logré.

Estando cerca del pasillo que había tomado para seguir a Jung-Kook, me dirigí nuevamente a los baños, dónde en el encontré a Hoseok.

Al parecer estaba revisando si había alguien allí, tenía una cara de preocupación que al verme esa expresión desapareció.

—¿Estás bien? —preguntó tomándome por los hombros.

—Sí, estoy bien. —lo miré —No te preocupes.

En ese momento su móvil comenzó a sonar, él saco su celular del bolsillo de su traje, miro a la pantalla y luego me miró a mí.

—¿Qué ocurre?

—Regresemos.

Hoseok tomó de mi muñeca e hizo que lo siguiera, unas personas nos rodearon y comenzaron a saludarnos. En mi caso, no eran demasiadas como la cantidad que tenía rodeado Hoseok.

Parecía una celebridad, je.

Cuando logro escapar del montón de gente nos escabullimos por las escaleras de emergencia. Ya estando en el lobby, ambos nos miramos y soltamos una carcajada. Pues estábamos hecho un caos. En especial, yo.

En una de esas miradas Hoseok me jaló hacía el, tomo mi mandíbula y la giro.

—¿Qué te ocurrió en el cuello? —preguntó.

—Eh... ¿De que hablas? —ladee un poco mi cabeza.

—Tienes varias marcas en tu cuello.

¡¿Queeee?!

Me alerté al instante, corrí al gran ventanal donde podía ver mi reflejo. Cuando estuve en frente de ese gran ventanal note enseguida la marca en mi cuello.

Entonces, eso sí pasó y no fue mi esquizofrenia.

Hoseok estaba detrás de mí, así que me gire para verlo.

—No recuerdo cómo me habré hecho eso.

—¿Acaso tienes a alguien? —preguntó, coqueto.

—No, y no quiero que lo malinterpretes.

—Como no hacerlo si tienes una marca —sonrió, diabólicamente.

Ahora que, quiere que le diga que un fantasma intento abusar de mí. No me lo creería. Obviamente.

—Mejor me voy. Adiós.

Estaba a punto de irme, pero él me detuvo.Solté un suspiro y me gire para verlo.

—Voy a descan...

La escena transcurrió con la rapidez de un relámpago que no me dejó completar la frase, suspiré confundido, sus labios se encontraron con los míos. Su mano había ascendido por mi rostro para sujetar mi mandíbula con firmeza, mientras su otra mano se acomodaba en mi cintura. El contacto de nuestros labios ardientes, me transportó a un mundo desconocido de sensaciones magnéticas y vibrantes.

El sonido de los latidos agitados de mi corazón, se escuchaba en el silencio de la noche y el aroma intenso de su piel, me envolvió completamente. El beso intenso y apasionado, parecía no tener fin, haciendo que mi cuerpo se fundiera con el suyo en una perfecta armonía.

Fue como si el tiempo se detuviera, y solo quedara yo y él, en ese momento de fuego y emoción. Mi cabeza había dejado de asimilar lo que estaba sucediendo, pero sin duda alguna, el sentir de sus labios junto a los míos, había despertado en mí, una cantidad de emociones que se superpusieron unas sobre otras.

El beso, finalmente se detuvo y lo miré profundamente a los ojos, sintiéndome completamente atraído por la intensidad de su mirada. Fue en ese instante, cuando millones de pensamientos pasaron por mi cabeza.

Así que, mientras la noche avanzaba con su misteriosa y seductora oscuridad, comprendí que ese beso había sido el inicio de una nueva etapa en su vida, donde él había conseguido embrujarse con mi magia y conquistado su corazón.

Pero yo tenía un objetivo aquí. No podía involucrar sentimientos en este momento, ni mucho menos pensamientos. Me alejé, desapreciendome por el pasillo.

Cuando entré a ascensor, presioné el botón de mi piso y antes que de las puertas se cerrarán, alguien entró.

Era Jung-Kook.

Él me observó sin ninguna expresión en su cara. Parecía enojado. ¿Porque será? No lo sabía, pero me alejé un poco de él para dejarle su espacio.

—¿Pretendientes? —dijo, mirándome, a través del espejo del ascensor.

—Eh... No. Para nada.

—No parece.

Otro más. Ahora qué, me besaras o qué.

Tenía dos opciones, decirle que se callara o no decirle nada. Opté por la segunda, no estoy de humor como para insultar a alguien, ahora mismo mi cabeza aún está asimilando lo que sucedió en el lobby con Hoseok.

¿Acaso le atraigo o le gustó? Mucho menos lo sabía.

Cuando las puertas se abrieron, fuí el primero que salió del ascensor y el primero en entrar.

En mis bolsillos busque mi teléfono, pero termine encontrando un pedazo de papel. Confundido lo saqué de mi bolsillo, al leerlo me di cuenta que era una tarjeta de invitación en nombre de Jeon Jung-Kook.

El recuerdo de lo que sucedió en la habitación del teatro apareció en mi cabeza, y todos los cables se conectaron.

Entonces esa persona era Jung-Kook.

¡Oh my god!





TANATOFOBIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora