TANATOFOBIA

D O C E

En los siguientes días recibí muchos regalos de parte de Hoseok por lo que ocurrió esa noche. No había salido en ningún momento, hasta que esté jovencito decidió enfrentar esa situación.

Ahora mismo estaba reunido con Hoseok en el restaurante del hotel, pues él me había invitado. Dijo que hablaría conmigo, así que accedí.

—Quiero pedirte una disculpa por lo de esa noche. —dijo después de beber el whisky.

Quizás no le estaba prestando atención, pero yo a él le gustaba, y eso me da paso a estar cerca de la familia de Jeon, en especial, de Jung-Kook.

Sabría muchas cosas y podría involucrarme en todo lo que suceda entre ellos, pero sabemos perfectamente que yo no estoy buscando ningún interés amoroso y eso significa utilizarlo para una venganza que va hacía su familia.

Lo más seguro es que le afectaría, pero esa era mi única opción.

—No te preocupes. —sonreí falsamente —. Aunque admito que besas bien.

Al alzar la mirada me encontré unas mejillas levemente ruborizada y una mirada penosa, aparentemente había recordado lo que hizo aquella noche.

Se que ahora mismo estaría pensando que si realmente me gustó el beso, aunque mis palabras lo dijeran todo, necesitaba que se lo creyera aún más.

Así que, baje la mirada hacía sus labios y mordí mis labios sensualmente a propósito para que notará que sí estaba interesado en él.

De pronto, Jung-Kook apareció detrás de Hoseok. Estaba con otro hombre, un poco más bajo que él y parece que no se llevarán bien porque ambos tenían una cara de culo.

Desvíe mi mirada de ellos y regrese a la misma posición que estaba; mirando los labios de Hoseok. Él al sentir la presencia de alguien en su espalda, se giró para ver de quién se trataba.

Su rostro paso de un sonrojado, a uno neutro. Aparentemente los Jung no se llevaban bien.

—Sabía que te iba encontrar aquí —dice Jeon, para luego clavar su mirada en mí —. Con él.

Mis ojos se dirigieron a los suyos por la forma en la que había dicho lo último, como si fuera lo mínimo.

—Qué sorpresa encontrarte aquí también. —dije con el mismo tono como él lo dijo, pero agregándole una sonrisa maliciosa al mismo tiempo que bebía un sorbo del whisky—. Me alegra verte. Espero que estés teniendo un buen día.

Jeon hizo un leve movimiento con su ceja, a la vez que mostraba una leve sonrisa. Misma que desapareció al regresar su vista hacia Hoseok y decir las siguientes palabras.

—Recuerdas que tus vacaciones concluyeron al ingresar al hotel y suplicar por hacerte cargo de el. —dijo, acomodando su elegante, lujoso y caro traje —La prensa, los inversionistas y el CEO nos están esperando. Termina tu cita y regresa al trabajo.

Después de eso se retiró junto aquella persona que vino con él, Hoseok regreso su atención hacía y antes de formular alguna palabra, hablé.

—No es necesario que te disculpes porque haya arruinado nuestro almuerzo o cita, juntos. —lo mire, fingiendo una tierna sonrisa —. Ve a cumplir con tu trabajo, cuando te hayas desocupado podremos continuar.

Él sonrió, antes de marcharse se acercó a mí sin previo aviso y dejo un corto beso en mi cabello, formulando la siguiente frase.

—Eres un cielo.

—Lo sé —murmuré —. Nos vemos más tarde.

Cuando finalmente estuve solo, toda expresión de amabilidad en mi rostro desapareció. Ya tanta cortesía comenzaba a cansarme, pero me daba cuenta de algo.

No le caía para nada bien a Jeon.

Era bueno, aunque a la vez, no. Se supone que debía involucrarme con él, pero el tipo es difícil de acercarse.

Por ahora con el único que tenía una buena relación era con Jung Hoseok, primo de Jeon Jung-Kook.

Y eso era bueno, poco a poco iré acercándome más a tí sin que te des cuenta.

Querido, Jung-Kook.