Bajo el manto etéreo del tiempo me adentro,
donde su relativa naturaleza encuentro.
Un susurro en el viento, un misterio sin fin,
donde la humanidad se angustia ante su sentir.
El tiempo, esquivo y fugaz, se desliza entre los dedos,
como arena que se escapa, sin pausa ni remedio.
Nos sumergimos en su flujo impetuoso,
conscientes de nuestra impotencia, ¡ay, qué fútil esfuerzo!
Los relojes marcan el compás inexorable,
mientras las horas se desvanecen sin cesar.
El pasado, presente y futuro se entrelazan,
y en su danza nos perdemos, sin poder dominar.
La ansiedad nos embarga, nos consume y nos consume,
cuando comprendemos la fugacidad de los días.
Las ambiciones, los sueños y los planes se desvanecen,
como ilusiones efímeras, en espirales vacías.
¡Ay, humanidad! ¿Por qué te torturás en vano?
El tiempo no se rinde, ni se doblega ante tus deseos.
Más bien, aprendé a fluir con su corriente impetuosa,
a aceptar su esencia elusiva, sus caprichos, sus devaneos.
Tratá de encontrar la serenidad en la inmensidad del ahora,
donde el presente se despliega en su esplendor.
Abrazá la incertidumbre, esa compañera constante,
y descubrí en cada instante su sabiduría y su valor.
Aunque el tiempo nos despoje de su control absoluto,
encontramos refugio en el poder de nuestros sueños.
Porque mientras exista la esperanza en nuestros corazones,
podremos trascender, incluso más allá de los tiempos más pequeños.
Así que, abrazá la relatividad de este fluir temporal,
y liberá la angustia que aprisiona tu ser.
Permitite vivir, amar y crear con intensidad,
y vas a encontrar en el tiempo un motivo para renacer.
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El Eco del Silencio
PoesíaPoemario con el que te invito a la contemplación y la introspección, explorando temas como la muerte y el amor, desde una perspectiva reflexiva, filosófica y poética. Represento a la poesía como una expresión silenciosa pero resonante, donde las met...
