Between appearances and desires

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El salón de eventos estaba lleno de risas, música y luces brillantes. La elegante fiesta estaba en pleno apogeo, con invitados bien vestidos y sonrisas falsas que se escondían detrás de máscaras de cordialidad. En medio de aquel mar de apariencias, Leo se sentía pequeño, perdido en sus pensamientos.

Leo no podría decir si había tenido una vida feliz, había tenido el cariño de su familia y una vida bastante cómoda, pero el concepto de felicidad era algo complejo para él. Quería creer que eso cambió con el pasó del tiempo, a medida que crecía y tenía que tomar responsabilidades, a medida que su cuerpo y mente maduraban.

Recuerda que era feliz cuando era un niño y podía jugar con sus hermanos o cuando podía pasar horas en los brazos de su madre sin que le importe nada.

El recuerdo se sentía lejano, recuerda que gran parte de eso cambió cuando su primer celo llegó, marcándolo para siempre como un omega. Tenía 17 en ese momento y fue complicado aceptarlo, junto a esto una fuerte crisis financiera golpeó a su familia. Sus padres tuvieron que vender varias propiedades y tuvieron que tomar demasiadas decisiones serias sobre sus futuros, desesperados por restaurar su estatus social.

El camino más rápido fueron los compromisos, su madre preparó el camino para sus hermanos mayores estableciéndolos en buenas familias y su padre tendría que encargarse de su compromiso y el de su hermana.

Y ahí estaba en una esquina en el inmenso salón donde conocería a su prometida alfa. No sabía cómo sentirse al respecto.

La multitud hacía demasiado ruido, los cuchicheos eran molestos y sus ojos inquietos vagaban por todo el salón. Y como en una broma del destino, en un instante fugaz, su mirada se cruzó con la de un hombre. El tiempo pareció detenerse mientras sus ojos se conectaban en un reconocimiento instantáneo.

Leo no había conocido demasiados alfa en su vida sin contar a su hermano mayor y padre. Ese hombre seguro lo era, tenía el cabello un poco rizado, su mandíbula era bastante masculina, era muy alto, su espalda era amplia, sus brazos lucían musculosos y era bastante atractivo. Lo seguían un grupo de omegas, sí definitivamente era un alfa.

Ni uno aparto la mirada por un breve momento, que pareció una pequeña eternidad. Hasta que su madre lo alcanzó.

_ Leo, cariño, al fin te encuentro, ven te presentaré a Anto - dijo su madre soñadora mente - definitivamente te encantará.

Y Leo quería estar en cualquier lugar que no fuera ese.

***

Anto era divertida y bonita, no lucía como una alfa al principio, pero supuso que así eran las alfa femenino. Se alejó para atender unos temas con su padre, Leo se sintió totalmente aliviado y supuso que era el momento perfecto para salir al balcón y huir de la multitud.

Estaba viendo el cielo estrellado, que lucía tan lejano y bonito formando inmensas líneas hermosas en el cielo y Leo definitivamente ya no quería estar ahí.

_ ¿Tan aburrida está la fiesta que buscas distracción en las estrellas? - dijo una voz detrás suyo. Leo volteo era el hombre que vio hace un momento.

Sus ojos se encontraron una vez más, y Leo pudo apreciar de cerca la intensidad y el brillo en sus ojos.

_ Supongo que necesitaba un poco de tranquilidad - susurro sin dejar de verlo.

El alfa se acercó más al balcón, observando el cielo estrellado junto a Leo. A pesar de ser un completo desconocido, Leo sintió una extraña sensación de conexión y comodidad en su presencia, sintiéndose seguro sin saber realmente el porqué.

Cressi shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora