XI

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SOPHÍA

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SOPHÍA

Sentí cómo los rayos del sol cegaban mi vista provocando que abra de a poco mis ojos.

Estaba cubierta por una manta cálida.

Yo me sentía cálida.

Jamás me sentí tan cómoda en mi vida.

Tal vez será porque estoy abrazando a Tom Kaulitz.

Hmm, sí, será eso.

Volví a cerrar mis ojos.

...

¿¡Qué!?

¿¡Porqué mierda estaba enredada a Tom Kaulitz cuál mono!?

Quedé estupefacta y se me cortó la respiración. Él me estaba dando la espalda mientras que yo lo abrazaba recibiendo todo su calor con mi cabeza apoyada en su nuca llena de rastas.

No pude evitar pellizcar inconscientemente el brazo descubierto del chico con miedo.

-¡Au!-abrió sus ojos al instante para darse la vuelta y verme-¿Quieres parar de agredirme?

-Lo siento-me disculpe automáticamente.

Y su expresión cambió totalmente al ver nuestra cercanía.

Pervertido.

-¿Porqué me abrazabas?-cuestionó con una sonrisa ladina.

-Debe ser que te use solo porque tenía frío, porque si no, no veo alguna otra razón-le dije con sonrisa falsa.

-Auch.

-Cómo sea, me largo, gracias por todo-dije para levantarme y tomar mi ropa para salir de la habitación y cambiarme en el baño.

Él solo hizo una seña de despedida con la mano y volvió a cerrar sus ojos sin tomarme demasiada importancia.

Al salir con toda la confianza del mundo me quedé tiesa cuál palo.

Proceso A Mejorar © | Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora