Sophia. Una simple chica. Una simple chica Que tuvo que vivir experiencias horribles, una simple chica que ha vivido desde comparaciones, disputas, preferencias hasta cosas que la atormentan por las noches y no la dejan dormir, cosas que la han obli...
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TOM
-Deberíamos invitarla más a menudo-decía Bill con una sonrisa mientras recogía la mesa.
La castaña ya se había ido hace unas dos horas y Bill seguía maravillado con ella y según él su «Divertidísimo sentido del humor».
-Es una chica muy maja-mencionó Georg que comía una bolsa de manís mientras ojeaba su móvil en el sillón.
-Ademas de guapa...-Gustav enarcó sus cejas.
-Sí sí, tampoco es la gran cosa...-salté yo mientras acomodaba las bolas de la mesa de billar.
-Admite que su piercing en la ceja le da el toque de chica ruda-Georg sonrió.
«Chica ruda».
Inmediatamente al oír esas palabras la imagen de sophía temblando de pánico el día en que prácticamente la «salvé», por así decirlo, y en ese momento esa chica parecía de todo menos ruda.
Al parecer es algún tipo de máscara o alguna mierda por el estilo que solo lo usa como autodefensa o caparazón.
O tal vez solo algo la atormenta...algo que por alguna razón implica terror hacia el contacto físico.
Mierda.
Ella se había tomado un taxi para irse. No debía dejar que se vaya sola, tal vez le sucedió algo.
Rápidamente dejé las bolas de billar desordenadas y cogí mi móvil.
TOM K. ¿Llegaste bien? Responde. ¿Por qué no respondes? ¿Estás bien?
SOPHIA C. Estoy bien :).
Sí, jodidamente pesado, pero me importa una mierda, debía asegurarme de que estuviera bien.
-Apuesto a que Peter ya la trae loca con el álbum-carcajeó Bill.
