𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ▬▬▬ 𝗥𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁 𝗘𝘃𝗶𝗹

☂☣ 𝐩𝐢𝐞𝐫𝐬 𝐧.

☂ 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆; 𝒕𝒆𝒏𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆 ☂

—Desde ahora en adelante, yo estaré al tanto de vuestros entrenamientos. Mi nombre es Willow Smith, pero llamarme Teniente Smith.— avisó la de trenzas. Tenia el pelo lleno de trenzas, no había ningún pelo suelo. A parte de que lo tapara su gorra militar.— ¡¿Entendido?!

—¡Si, Teniente!— respondieron los demás.

—Bien. ahora os daré las instrucciones necesarias para lo que tenéis que hacer. Como es el primer día será sencillo. Primero haréis un carrera de 25 minutos a ritmo medio-alto. Seguiréis con 3x10 abdominales clásicas. Luego 5×15 flexiones clásicas. Después 3×90 segundos de comba. Posteriormente, 5×15 abdominales clásicos y para terminar 5×15 abdominales criss cross. Fácil y sencillo, así que empezad ya. Cuando vuelva aquí después de una hora quiero ver a todos sudados y a punto de caer al suelo desmayados.— la joven fue saliendo de la enorme sala. Pero paro para llamar a alguien.— Señor Nivans, venga a mi despacho, tengo algo de que hablar contigo.

—P-por supuesto, Teniente Smith.— tartamudeó con timidez el joven cadete.

Nivans siguió a su superior hasta su despacho y entraron.

En un movimiento rápido, Smith acorraló al chico y lo empezó a besar ferozmente. Moviendo su boca junto a la del atrapado. Los dos intentaban no dejar salir ningún gemido del placer, pues si alguien les escuchara estarían en graves problemas.

—Te he echado mucho de menos, Piers...— susurró la fémina al separar su boca del otro.

—Yo también lo he hecho.— respondió con timidez, de nuevo.

Piers nunca había entablado una conversación en condiciones con ninguna mujer que no sea su madre. Era así hasta que Willow Smith llegó a su vida. Ella ers todo lo contrario a el, extrovertida y muy conversadora.

El momento en el que la conoció ella había iniciado du conversación.

Resulta que los padres de ambos era buenos amigo y habían estado en el mismo equipo en la milicia. Por lo que quisieron organizar una cena entre familias para hablar sobre que fue de sus vidas.

Desde que se conocieron notaron algo dentro de ellos, como si tuvieran que estar juntos.

Solo tardaron unos meses en ser pareja. Todo iba fenomenal, estaban muy bien. Pero desde que los dos se metieron en la milicia no podían casi ni verse, porque no permitían tener alguna clase de relación entre ellos.

—Estos meses sin verte han sido un infierno.— la chica acurrucó su cabeza en el pecho del chico, éste cerró los ojos.

—Si... Es un poco agotador estar todo el rato con chicos y no tener ningún contacto con su chica.

—No puedo estar un día más sin poder besarte ni mostrar afectos de cariño hacia tí. Quiero que todo el mundo sepa que eres mío, y solo mío.— los dos volvieron a juntar sus labios.

—Pero pueden hacernos algo, pueden echarnos incluso, por no cumplir las normas.—

—Ay cariño, no creo que se atrevan a meterse con una superior. Soy teniente después de todo. Y si se meten contigo por algún motivo, cuéntamelo y les pondré entrenamiento venidos del mismísimo infierno.— su cara estaba hecha un cuadro.

—Vaya... Que sutil.— murmuró el chico sonriendo con nerviosismo.

—Bueno, mejor hablemos de otra cosa. ¡Oh, ya sé! Vayamos a mi habitación, estaremos solos y sin que nadie nos moleste. ¿Que me dices?—

—Si... Bueno... Me parece bien, con tal de que no nos pillen aquí.—

Y así hicieron, después de "charlar" como buen soldado y su teniente, salieron del despacho y se dirigieron a la habitación de ma morena. La fémina miró a la izquierda y luego a la derecha, por si no había nadie, y en efecto. Entraron y cerraron la puerta de inmediato con pestillo. Para que nadie les interrumpiera en sus "quehaceres".

—Ven Piers, vamos a mi cama.— la chica lo sujetó del brazo y se dirigieron hacia donde había dicho.

—Pero Willow, quedan veinte minutos para que terminen el entrenamiento.—

—Eso da igual, tenemos tiempo para relajarnos.— sonrió.

La pareja se tumbó en la cama y se abrazaron entre ellos. Cerraron los ojos y se relajaron. Sus respiraciones tranquilas se oían entre las cuatro paredes, y eso hacía que sus cuerpos relajaran todavía más.

—Me encanta estar así de éste modo contigo.—

—A mí también, es bonito estar así con un ser querido.—

—Oye, Piers...—

—¿Si?— preguntó Nivans.

—¿Que planeas hacer cuando salgas de aquí?—

—Ni tengo ni idea. No he pensado en eso aún. ¿Porqué?— el chico la miró extrañado, no sabía porque le preguntaba eso.

—Es que... Seguramente, cuando tu te vayas, yo seguiré aquí trabajando como teniente. Y seguramente no nos podamos ver mucho, por eso te lo pregunto.— respondió cabizbaja la de trenzas.

—No te preocupes por eso, linda. No importa que salgas mil años después, yo te seguiré esperando si hace falta.— este hombre era todo un romántico.

—Ay, no digas eso. No soportaría no verte durante tanto tiempo.— la fémina murmuró y se acurrucó más todavía en el pecho de su novio. Era realmente un lugar cálido y blando. Si quisiera se podría quedar dormida en tres segundos.

Pero los quedaba poco tiempo juntos y tenían que volver dentro  de doce minutos. Durante ese corto tiempo estuvieron hablando de cosas distintas de sus vidas y sentimientos. Hasta que por fin llegó la maldita hora de volver y separarse y no hablarse como la pareja que eran. Si no como soldado y teniente.

Se repartieron un par de besos cariñosos y salieron con mala gana de la gran habitación de Smith, obviamente con precaución de que nadie les atrapara.

Antes de entrar por las puertas del gimnasio del cuartel, la chica paró su andar. Se giró y en un rápido movimiento le dió un pequeño pico en los labios a su hombre. Éste se sonrojó y seguidamente entraron como si nada.

Como si no hubiera pasado nada, pero había pasado todo lo contrario.

Y esperaban con muchas ganas volver a repetirlo.

Fotito de Piers :)