Un Rayo de Esperanza (Versión Corregida)

13. Escape y reencuentro

El ruido de algo caer descubren pronto que es la lámpara del techo. Kreacher ha hecho que se desplome en medio de la habitación provocando caos. Rowle quién sostenía a Draco lo empujó en un intento de protegerse de los vidrios que volaban. El rubio gritó al caer sobre su vientre.

Hermione no perdió el tiempo y rápidamente con un hechizo mando a volar los libros de los estantes aumentando el desorden, eso mientras se mueve con cuidado hasta el rubio, quien ya ha incorporado sintiendo mucho dolor.

Bellatrix por otra parte luchaba contra Kreacher quien le había saltado encima, logrando que la mujer perdiera su varita y diera gritos de cólera.

El elfo vuelve a desaparecer cuando nota que Rowle le lanzará un hechizo, que al final termina por golpear a Bellatrix, quien sale despedida hacia atrás. Rowle va en su ayuda, pero ella le grita que no permita que escapen los más jóvenes. Draco aun desde el suelo es más rápido que el mortifago, lanzando un hechizo que lo deja inconsciente.

El rubio con ayuda de Hermione se coloca de pie, el intento de volver a salir de la casa se ve frustrado por la barreras mágicas que siguen evitando que aparezcan.

Entonces Kreacher aparece y los toma a ambos de las manos, llevándolos con él. Pero Bellatrix es también veloz, tomando la varita de Rowle y lanzando una maldición que los alcanza a golpear antes de desaparecer.

—Lo van a pagar muy caro —sentencia Bellatrix enojada.

Una gran oportunidad se acaba de perder, y ella no tuvo ocasión de comprobar si su teoría sobre el padre del bebe de Draco era cierta.

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—Harry, ¡HARRY DESPIERTA! —Poco a poco el azabache fue recuperando el conocimiento, los recuerdos volviendo con rapidez.

— ¿Qué ocurrió? ¿Dónde estamos? —preguntó Harry incorporándose. Al parecer lo de despertar en un bosque se hacía costumbre.

—La verdad es que no tengo idea.

— ¡Queee! —Exclamó alterado colocándose de pie, observando su alrededor, las ramas de los árboles que se movían de forma tenebrosa, el ruido de animales desconocidos y las sombras proyectadas.

Un destello de dolor hace que Harry se quede quieto, hay una herida en su brazo, producto de intentar defenderse de Nagini. El azabache ignora el dolor, en el momento había cosas más importantes que una simple herida.

—Te desmayaste, intente aparecer en Grimmauld Place, pero la luz del desiluminador nos cubrió y aparecimos aquí.

—No sabía que pudiese hacer eso —dijo Harry confundido.

—Ni yo, supongo que Dumbledore imagino que en una situación de peligro nos ayudaría —eso tenía sentido para Harry.

El hombre mayor siempre contaba con un plan para todo.

— ¿Qué pasó cuando Bathilda te llevó arriba? ¿La serpiente estaba escondida en algún sitio, o apareció de repente, la mató a ella y te atacó a ti?

—No, nada de eso. Ella era la serpiente, o la serpiente era ella. Lo era desde el principio.

— ¿Qué quieres decir?

Le resumió los sucesos, explicando porque solo quería verlo a él y que estuvo hablando todo el tiempo en parsel, con cada palabra Harry sentía que el aire le empezaba a faltar.

—Es hora que volvamos, Draco y Hermione deben estar preocupados —Harry busca en su chaqueta su varita, mirando también el suelo al no sentirla—, ¿Has visto mi varita?

—Compañero no sé cómo, pero...

— ¡Ron! —El nombrado saca de su bolsillo lo que era la varita de Harry, la varita de acebo y fénix estaba casi partida en dos. Una frágil hebra de pluma de fénix mantenía unidos ambos trozos, pero la madera se había astillado por completo.