5. Me olvidé del amor - FINAL

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Pedido: AnnetteL33

Espero te guste <3.

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— Yo no quise hijos.

— Tú me dijiste "Sí, acepto"

— Nami, Robin y yo nos acabamos dos botellas de vino antes de la ceremonia, apelo a que estaba borracha.

— ¿Quieres el divorcio?

— Ni de chiste me vas a dejar con dos hijos, Roronoa.

— Bueno... —suspiró— lo intenté.

Ambos carcajeamos, mientras sus manos cálidas seguían acariciando suavemente el pequeño bulto que resaltaba mi vientre que a estas alturas, estaba un poco más notorio. 

— Tengo miedo.

Zoro y yo nos encontrabamos acostados en nuestra cama, con su cabeza en mi pecho, oculta, que no me permitía ver su expresión; sin embargo podía sentir su preocupación en su tono.

— Ya tenemos uno —comencé a acariciar su cabellera verde— el segundo ya será un poco más sencillo.

— Sabes que no me refiero a eso.

— Lo sé, amor —besé la coronilla de su cabeza en son de tranquilizarlo— pero el doctor dijo que mientras siguiera las indicaciones, todo estará bien.

— Cuando tengas seis meses, iré a hacerme la vasectomía. 

— Zoro...

— No estoy bromeando, (Tn)________.

Yo sabía que no lo hacía. No solo por la dureza de su tono al expresar lo último, sino porque la verdad, sí era necesario. 

Después de aquel día de reencuentro, ambos no desaprovechamos en acelerar todo lo que conlleva una relación en un año.

Al día siguiente del primer día, él se mudó a mi departamento alegando a que no quería quedarse en la casa de sus padres, pero ambos sabíamos que solo era una excusa para tener más oportunidad de estar juntos el mayor tiempo posible.

Quizás a ojos externos, a excepción de nuestros amigos más cercanos, lo nuestro parecía apresurado y absurdo; pero Zoro y yo, éramos y somos la excepción a la regla. Ya nos conocíamos, sabíamos qué esperar del contrario; y aunque también nos ibamos conociendo en el camino, no eran cosas que nos desagradaban, y si lo hacían, siempre estabamos dispuestos a llegar a acuerdos para solucionarlo.

Era como si el tiempo en nosotros solo se hubiera pausado, y ahora estabamos renaudandola años después, como bien dicen "El reloj nunca se detiene".

Zoro hacía sentirme segura en todos los aspectos, incluso en medio de nuestras peleas; podíamos tener riñas o desacuerdos muy fuerte, pero incluso en esos momentos donde acabamos durmiendo en distintas habitaciones, yo tenía la seguridad de que esto no iba a terminar, y que al día siguiente podía levantarme con la seguridad de que terminaría ese día.

Por eso cuando Zoro, en medio de la playa a mitad de la noche, se encontraba arrodillado frente a mi con una sortija de diamante en su mano; decidí que tenía la total certeza de que podía arriesgarme en todo lo que la vida me ponía enfrente, solo si era con el hombre que tenía en mi delante.

Después de una hermosa ceremonia, nos dirigimos a Busan en Corea del Sur para pasar con tranquilidad nuestra luna de miel; y en medio de esta, me enteré de que estaba esperando a quien ahora es nuestro pimogénito. 

Roronoa Atiq.

Sin embargo, dentro de toda la felicidad que nos embargaba durante esos meses de embarazo, me encontré debutando al octavo mes con preeclampsia, por lo que programaron parto por cesarea a la semana treinta y siete para avitar complicaciones.

One Shots - Zoro RoronoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora