8. Domingos grises.

228 24 2
                                    

¿Cómo es que esto me esté afectando ahora? Un amor que a mi parecer había dejado enterrado hace mucho tiempo, vuelve a hacer temblar mi corazón, haciendo que mi vista empiece a ponerse borrosa.

Trato de disimular mi pena y dibujo una sonrisa, aunque sé de sobra por un par de ojos que mi esfuerzo fue en vano. 

Todos empezaron a felicitar a la feliz pareja y yo traté de no quedarme atrás para ser obvia, y después de acercarme a la novia; el olor de su perfume me invade haciéndose casi imposible no llorar.

— Muchas felicidades, Law —modulé mi voz— espero que te vaya bien en esta nueva etapa.

Él asintió, en lo que me regalaba otro abrazo antes de pasar a la siguiente persona.

Cosa que me sirvió para esconderme en el baño y tratar de controlar mi respiración errática.

Las cosas con Law siempre fueron disparejas y un tanto caótica, aunque no fue mi peor experiencia amorosa, lo cual era uno de los pocos intereses romántico que no había terminado tan mal.

Empezando la universidad, él y yo habíamos entablado una amistad muy estrecha, tanto, que no había persona que no nos relacionara el uno con el otro.

Era la típica historia o situación, donde de un momento a otro, ambos terminamos besándonos en todos los lugares donde podíamos hacerlo discretamente; mi curiosidad sexual empezó con él, pero nunca llegamos al final de todo ello. No porque no hubiera oportunidad, solo que no me sentía lista para eso entonces.

En esos años, mi pensamiento inocente o genuino era de "si esa persona te besa, es porque ya son novios".

No me juzguen, tenía 17 años.

Él fue el que me enseñó que no era así, pues en una oportunidad donde salió la conversación; él me dejó en claro que solo sería su "mejor amiga", cosa que hizo que me aleje de él en un afán de proteger mis sentimientos y mi persona.

Al punto en que ninguno intercambiaba palabra con el otro, aunque en su momento hubo mucha insistencia de parte de él para retomar la amistad.

Pero al pasar los años, después de haber pasado por experiencias amorosas —una peor que la anterior— parecía que todo lo vivido con el pelinegro solo fue una inmadurez de parte de ambos.

Por lo que al reencontrarnos ya de adultos, yo con mi carrera y él a punto de terminar la especialidad de medicina; todo lo que había pasado en su momento, se quedó allí.

Law estaba en una relación, que a ,mi parecer no era buena, pero evitaba hacer comentarios sobre ello; porque no creía que fuera apropiado que opinara, porque quizás era una opinión sesgada debido a que... parecía sentir algo por él.

No, no era que estaba enamorada, porque fácilmente podía sobrevivir sin su presencia por buen tiempo. Solo que sí apreciaba su compañía y conversación, hasta podía confundirse con nostalgia. 

Pero, ¿Por qué ahora sentía que mi corazón se hacía pequeño?.

* * *

Me sentía desasociada de todo lo que pasaba a mi alrededor, y por más que tratara de concentrarme en el protocolo, terminaba mirando un punto fijo sin importancia pensando en el porqué de mi presencia aquí. 

No era que mi ausencia se notara.

Ya que debido a nuestras carreras distintas, nuestros círculos eran muy aparte de nuestra amistad. 

Amistad muy confusa, o yo lo hacía complicada. No era que hubiéramos tenido algo en este tiempo reciente que habíamos empezado a frecuentarnos, solo que la complicidad era notorio entre ambos, y su compañía de una u otra manera, era una curita al corazón.

One Shots - Zoro RoronoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora