Todo lo que amo (Miles Morales 42 X Tu)

Cap. 2

Narra Miles:

Había ciertas cosas que todo mundo sabía, mi mamá, mi tío Aaron y yo supimos desde el inicio que no debíamos de olvidar que las posibilidades de sobrevivir de Olivia eran muy bajas, por no decir imposibles y que cada día que pasaba solo se hacían menos. El ignorarlo nos hubiera traído muchísimo mas dolor si lo que se supone iba a pasar hubiera pasado.

Comencé a pasar más tiempo en el hospital desde el momento en que la conocí, adoraba hacerle compañía, era haciendo cosas sencillas pero notaba que ella lo apreciaba, a veces dibujabamos, nos poníamos a escuchar música, le llevaba libros de temas que le ínteresaban o ella me ayudaba con la tarea.

La admiro demasiado, su manera de percibir el mundo y de tomar las cosas siempre me sorprende para bien, quisiera poder ver todo con tantos colores como ella lo hace, como nunca se le acaba la curiosidad, todas esas cosas maravillosas de ella que nadie a sido capaz de quitarle.

Ella alimentaba esa pequeña esperanza que aún tenía de que incluso en las cosas más pequeñas se podía encontrar felicidad. Aún con todo lo que le había pasado en la vida, las cosas sencillas la hacían sonreír de una manera radiante como ninguna otra persona en el mundo.

Todos en el hospital la conocían por varias razones, sus padres, su manera de ser, su caso en general. Recuerdo que cuando andábamos por los pasillos muchos hablaban de ella en voz baja, nunca supe si ella en serio no lo notaba o decidía ignorarlos.

La vez que más recuerdo fue cuando después de haber descargado un montón de música le preste mi celular e insistí para poder llevarla a un ala del hospital donde se podía ver toda la ciudad, era una experiencia que ella nunca había podido tener, yo quería dársela. Quería darle todo lo que pudiera.

La miraba con una sonrisa viendo como sus ojos no paraban de brillar, amaba hacerla feliz. Estaba atento a ella y lo que necesitara hasta que sentí que estábamos siendo observados, voltee haciendo una mueca a todas las personas que chismoseaban con descaro sobre nosotros.

_Miren que feliz se ve, no estaba así desde que sus padres le traían cosas_ menciono uno de los enfermeros, ese comentario fue inocente aunque triste haciéndome sonreir y abrazar por detrás a Liv, la comencé a oír tararear la canción.

_Rio no debió de dejar que el se le acercara, el ya perdió a su padre, pobre de él cuando ella igual se vaya, debería de alejarse mientras aún puede_ afirmó una mujer negando con la cabeza como si estuviera decepcionada o si quiera fuera su asunto.

Ellos no nos conocían casi en lo absoluto, era ridículo que finjieran que les interesaba más cuando estaban tan seguros que Olivia moriría, lo decían frente a ella todo el tiempo haciendo que le aterrara pensar en el día en que pasaría.

No entendía como eran capaces de dejarla sola cuando ella más necesitabade compañía y amor de otras personas, siempre que un doctor o una enfermera comenzaba a notar ese lado tan bonito que ella tenía decidían salirse de su caso por el miedo a encariñarse, eran unos cobardes, porque si era peligroso pero valía totalmente la pena estar con ella.

Yo era capaz de tomar mis propias desiciones y alejarme de unas de las personas que más quería en la vida ya no era una que pensaba tomar alguna vez, bueno eso creía hasta que sentí que la ponía en demasiado peligro, haría lo que fuera por protegerla.

Inevitablemente me volví cercano a Liv y mi madre también, cuando el hospital se dio cuenta de eso ya no podia atenderla personalmente, ya saben eso de conflicto de intereses, por eso de nuevo le asignaron una nueva enfermera, de nuevo teniendo a cuidadores que cambiaban constantemente.

No importa cuanto trabajará mi madre siempre parecía que no era suficiente para que tuviéramos dinero, ella fingía que todo estaba bien que no necesitaba ayuda pero se notaba que eso era mentira. La oí discutir una noche con tío Aaron de que no iba a aceptar dinero regalado, mi mente en ese momento pensó que ella no necesitaba saber que alguien se lo regalaba.