Capitulo VII

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capítulo 07
1928 (actualidad)
 
Valden aceleró rápidamente su auto para llegar a su departamento, sin saber que estaba rodeado de policías y ambulancias.

Se preguntó si el francés habría mandado a asesinar a Luca, cosa que le pareció extraña ya que ni siquiera habían interactuado.

- “Luca, ¿estas bien?”- Le preguntó preocupado el italiano, mirando el estado de Balsa.

- “Si, si, solo unas cuantas lesiones y cuchilladas, mi atacante no corrió la misma suerte…”- Dijo Luca, pensando en cómo iba a convencer a las autoridades de que se estaba defendiendo, mientras que Edgar estaba dispuesto a tener una charla con Paganini, tal vez el italiano sabría algo de lo que estaba tramando Frederick.
 
Al mismo tiempo, pero en diferente lugar, una pareja de franceses charlaba recostados en su cama matrimonial.

- “¿Sabes algo, Vera?, has sido una niña muy buena todos estos años, no me queda más qué agradecerte por estar aquí conmigo hasta el día de hoy” – Mencionó Frederick tomando suavemente por la barbilla a Vera.

- “Tú eres mi salvador Frederick, es lo menos que puedo hacer, aunque si lo deseas puedes agradecerme de otras maneras” - Dijo la mujer rozando los labios del pálido francés.

Frederick tomó de la cintura a la mujer, plantándole unos besos y bajando por su cuello y torso.

Vera solo acariciaba los blancos cabellos de su pareja, mientras este seguía plantando besos en su suave piel.

- “Vera…”- Suspiraba el francés, entregándole su faceta más débil a Nair, y dejándose llevar por la pasión del momento.

Después de las caricias y besos, Frederick arropó a la mujer, se vistió y se fue a sentar a su escritorio mientras prendía un cigarro.

Esperó pacientemente la llegada del hombre que había mandado a asesinar a Valden.
 
En las instalaciones de Cosa Nostra, Balsa se encontraba discutiendo con el jefe de la mafia sobre quién lo atacó en el departamento de Valden.

Paganini solo se reía de la actitud de Balsa, mientras a este solo le olía a que no estaba pasando nada bueno.

- “Querido amigo, es normal tener enemigos en todos lados, solo fue un ataque sorpresa, siempre le sucede unas 4 o 5 veces a los que pertenecen a la mafia” – Dijo Antonio.

Su risa le seguía pareciendo extraña a Balsa, este se puso aún más nervioso cuando Valden entró a la oficina, notando una mirada de sorpresa en Paganini.

- “Hola de nuevo, Valden, ¿cómo te fue con el trabajo?” - Dijo Paganini riendo.

Balsa podía oler claramente sus nervios, algo malo estaba pasando, dentro de él había unas pequeñas grietas que lo delataban.

También notaba la expresión furiosa y el rostro como tomate de Edgar, una que no todos los días veía, y eso que usualmente tenía mal genio.

- “¡Paganini!, ¿¡sabes por qué mierda el imbécil de Frederick se volvió loco y mando a un sicario por mi cabeza!? “- Gritó Valden exaltado y molesto.

- “Hola Edgar”- Dijo Balsa, que había percatado que el inglés se había olvidado de su presencia.

- “Ah, hola Luca, ¿ya te vendaron las heridas?” – Preguntó Valden, aún sin dejar pasar su tono furioso.

- “Si, también intentaron asesinarme, Sr. Paganini”- Dijo apuntando los cortes en sus mejillas y sus manos.

- “Frederick está tratando de matarnos a ambos a la vez” – Afirmó Edgar.

- “¡Supongo que Frederick finalmente se cansó de ti Valden!, quiero decir, eres realmente un 10/10 en cuanto a tu trabajo, pero sabes como son los franceses”

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