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A la mañana siguiente Gwendolyn despertó casi como si estuviera irradiando luz, se levantó temprano en la mañana pensando en ese reciente día como la oportunidad de un nuevo comienzo con Miles, y en general con todo, una nueva motivación para ser mejor, para ser diferente, para no dejarse llevar por sus instintos ni preocuparse de lo demás, simplemente disfrutar el presente sin importar los estúpidos problemas con su padre, después de todo, tenía a Hobie, su gran amigo y refugio, y a Miles, quien la conocía y queria mejor que nadie.

Sin embargo, esa notable energía en la rubia había despertado a su compañero de habitación, porque si, Miguel aún seguía con la idea de que era inaceptable que un alfa y un omega compartieran habitación sin estar casados, por lo que estaban organizados por castas, Gwen y Hobie, en otras habitación Margo, Miles y Pavitr. Pero ese no es el punto justo ahora, el punto es que claramente había despertado al otro alfa de sueño ligero, quien no dudo en ir a abrazarla por la espalda al verla frente al espejo aplicándose algo de brillo labial sabor cereza.

A Hobart le gustaba el sabor de esa cosa cuando besaba a Gwen, odiaba la marca tan opresora de la que venía aquel producto de maquillaje, pero tenía un olor y sabor a cereza bastante pronunciado, así que intento obtener un beso a tan temprana hora de la mañana, pero la rubia lo detuvo.

- No, Hobie. - dijo - no quiero guardarle más secretos a Miles, paremos con esto.

- está bien, paremos con esto Gwendy - sonrio y detuvo sus intenciones, aunque aun seguía abrazado a ella - aún puedo abrazarte ¿cierto?

- los abrazos están bien - respondió - me gustan. Pero no más que eso.

- entendido, morra.

Hobart acepto sin chistar, no tenía problemas con parar, después de todo su relación carnal solo iba a durar hasta alguno de los dos decidiera parar con ella, finalmente Gwen fue la que lo hizo, quizá ya tomó una decisión firme sobre sus sentimientos, y claro, a él sólo le gustan las cosas con consentimiento, estaba bien solo con ser el amigo de Stacy sin ningún tipo de derecho especial, como antes. Además, era hora para él de también reconsiderar sus prioridades y decisiones.

Ambos chicos se alistaron para poder salir, el muchacho punk aprovecho para obtener algo de ese lipgloss, quizás ya no podía besar a Gwendy pero no quería perderse de ese increíble maquillaje. Fuera de su habitación ya se encontraban los otros chicos, quietos y en silencio mientras observaban desde el barandal del piso de arriba, apenas los vieron les indicaron con cierto desespero que no hablaran, no hicieran ni un solo ruido y que se acercaran para ver lo mismo que ellos. Los alfas fueron hasta donde sus amigos y la intrusa para mirar lo que los tenía tan embobados.

Eran Miguel y Peter viendo una comedia romántica en el sofa de la sala de estar de aquella cabaña, el alfa estaba con la cabeza apoyada en el regazo de dando algunos besos en el vientre del omega mientras el mexicano acariciaba sus mejillas aun con barba de 2 días sin afeitar, al parecer los dos Parker tenían algo con estar pegados a su abdomen, o quizás a él. Ambos soltaban sus feromonas logrando una combinación exquisita, pacífica y tierna, ya se habían dicho más que solo un par de cursilerias.

Miguel nunca antes había estado en ese puesto, siempre fue el que mimaba a una pancita a la espera de un bebé, sin embargo, ahora él era quien se encontraba siendo consentido con tanto cariño, tratado como un tesoro mundial, se sentía tan amado, apreciado y dichoso... después de la muerte de su esposa e hija jamás creyó que pudiera volver a sentir la felicidad de una manera tan plena como lo ha hecho desde que Peter y Mayday llegaron a su vida, claro que la herida causada por la pérdida de su primera familia jamás se va a cerrar, pero la luz que se generó con la posibilidad de reconstruir su vida al lado de un alfa tan increíble lo había colmado de alegría día con día.

O'hara-Parker FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora