Capítulo 2: cronograma.

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La mañana transcurrió como de costumbre, siguiendo la rutina diaria. Me encontraba desayunando solo, ya que mi padre aún no había llegado a casa. Grace, la amable empleada doméstica, me sirvió el desayuno y aprovechamos para entablar una breve conversación. Justo cuando me disponía a salir, mi padre hizo su entrada, pero algo era diferente esta vez. Un fuerte olor a alcohol y a champú de hotel impregnaba el ambiente, lo cual resultaba inusual, ya que normalmente sus conquistas de una noche las traía a casa.

Patrick: Buenos días, hijo. ¿Estás a punto de salir?

- Sí, tengo que ir a trabajar. Y tú, ¿qué pasó con eso de ser responsable?

Patrick: Anoche bebí demasiado y pasé la noche en un hotel, ya que el chofer se fue.

- Se nota... Bueno, recuerda que debes presentarte de manera adecuada. El director debe dar el ejemplo.

Después de pronunciar esas palabras, me marché. Es desesperante ver cómo mi padre me exige tanto y no me brinda buenos ejemplos. Afortunadamente, hasta los 8 años, mi madre me enseñó cómo ser una buena persona. Estoy orgulloso de lo que soy y sé que, a pesar de haber cometido errores o "pecados", no soy una mala persona.

Mientras iba hacia el trabajo, me detuve en un semáforo, esperando que cambiara de rojo a verde, cuando comenzó a llover. Era un día típico de otoño, pero esta lluvia era intensa y estaba generando mucho tráfico. Escuché en la radio que los transportes públicos no estaban funcionando debido a las condiciones climáticas. Miré por la ventana y vi a Therese caminando bajo la lluvia. Pensé en lo que estaba haciendo y, sin pensarlo, toqué la bocina.

Grité Therese, y ella volteó hacia mí. ¿Qué estás haciendo? Te vas a resfriar.

Tess: Profesor Aaron, estoy yendo a clases.

-:Therese, sube. No puedo permitir que vayas caminando.

Tess: Pero estoy bien, tengo un paraguas.

-:Therese, no discutas. Sube.

Ella subió al auto, visiblemente avergonzada.

Tess: No tenías por qué hacer esto.

-:Tenía que hacerlo. Soy tu profesor y no podía permitir que te enfermes. Por favor, ponte el cinturón de seguridad.

Therese se puso el cinturón y, en el camino hacia la institución, apenas conversamos. No hubo nada interesante aparte del clima, y ella seguía sintiéndose apenada por el hecho de que su profesor la llevara al segundo día de clases. Cuando llegamos, la gente nos observaba. Sabía que un profesor y una alumna juntos generarían rumores, así que rápidamente la escolté hasta la enfermería.

La dejé con la enfermera para que se asegurara de que no se resfriara y pudiera entrar en calor acostada en una de las camas. Cuando salí, me encontré con Sarah, pero su expresión no parecía ser de felicidad.

Sarah: ¿Llegaste con una alumna esta mañana? ¿Acaso perdiste la cabeza?

- Puedo explicarlo, Therese venía caminando bajo la lluvia y no había servicios de transporte.

Sarah: ¿Te crees el príncipe azul ahora? ¿Rescatas a la pobre chica de algún problema?

Era evidente que Sarah estaba celosa. Nadie sabe que ella y yo tenemos algo, y verme con otra mujer le afecta. Aunque solo somos amigos con beneficios, he evitado llevarla al trabajo para ser discreto. Me disculpé con Sarah y me fui a dar mis clases.

Los alumnos murmuraban al haberme visto con Therese. Era de esperarse. Ahora las chicas la odiarían y la verían como una aprovechadora o una chica fácil. Lo siento, Therese, no era mi intención causarte problemas. En el almuerzo, la buscaré. Hoy Sarah está ocupada.

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