Es tarde para la verdad y el perdón.

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-HuaiSang... - Nie MingJue entra a la habitación de su hermano - ¿cómo te has sentido, como has estado? - pregunta con nostalgia.

HuaiSang le mira de reojo y luego sonríe con burla - te he dicho, un millón de veces que no me molestes. Tu presencia es repugnante.

- ten cuidado en como me hablas, HuaiSang - dice en advertencia MingJue, acercándose al menor, grave error, puesto que, de un hábil movimiento, HuaiSang desplegó uno de sus abanicos y sin que le temblara la mano, le ocasionó un fino corte en el rostro al mayor - ¿cómo te atreves? - pregunta MingJue, colérico, sacando su sable y en cuanto lo hizo, varios hombres vestidos de negros y con sus rostros cubiertos con una máscara con diseño de aves, lo rodearon y apuntaron con sus armas.

- es mejor que te calmes, si no quieres ocasionar una guerra entre nuestras sectas, ¿hermano? - esconde su rostro detrás de su abanico - mira en la situación en que estamos, no permitas que nuestras asperezas hablen por nosotros.

- ¿es qué no me vas a perdonar, nunca? - pregunta derrotado, sabiendo que la terquedad del menor no les permitirá una reconciliación.

- es tan grande el odio que siento hacia ti, ¡tanto! que estoy seguro de que te vas a morir llevándote a la tumba todo mi odio.

- todo por culpa de ella, era una cultivadora demoníaca ¿es qué no lo entiendes?

- sí, por culpa de ella, pero más por tu propia culpa... yo la amaba, era la hermana que siempre quise tener... ¡era mejor que tú, en todos los sentidos...! - responde ocultando su rostro detrás de su abanico.

- ¿qué quieres que haga, para que me permitas acercarme a ti?

- ahora que lo mencionas - de su bolsa saca unos papeles sellados y se los entrega a MingJue - estoy seguro de que en un rato más seguiremos viendo más acontecimientos del pasado, sin importar que, quiero que lo leas apenas termine, no antes ni después de salir del salón.

- lo haré, te prometo que lo haré... - dice MingJue guardando los papeles.

- ahora sal de mi habitación, me repugna ver tu rostro – pide molesto.

Sin poder decir palabra alguna, MingJue se fue, dejando solo a su hermano menor, con quien ha tratado de reconciliarse durante los últimos ocho años.

En el salón en lo que todos llegaban, Jin Guang Yao trata de acercase a sus hermanos jurados, pero MingJue con su imponente presencia, lo aparta.

- quiero hablar con da ge – exige el Jin.

- aún está convaleciente y enojado ¿quieres provocarle otro desviamiento de Qi?

- ¡no, yo no.... jamás! - el Jin retrocede unos pasos, espantado ante la idea de ver a su hermano jurado muriendo a causa de otro ataque.

- entonces, aléjate y espera a que se calme.

- entiendo... - dice el Jin presionando sus labios.

- ¿cómo te fue con el líder...? - pregunta Ze WuJun con voz débil.

- me odia... - interrumpe MingJue a su amigo con desanimo.

- nuestro deber como hermanos mayores era cuidarlos, protegerlos... ¡pero hicimos todo lo contrario! - Exclama el líder Lan en tono derrotado – los destrozamos.

- no creo que nos podamos reconciliar. Al menos no en esta vida – dice el líder Nie con pesar.

Estando una vez los líderes reunidos, el ojo empieza a proyectar nuevas escenas.

A las afuera de los túmulos funerarios, un grupo de Jin esperan al patriarca Yiling, traen muchos cofres con ellos y algunas pocas mujeres. Después de esperar un buen rato al fin por quien tanto esperaban hace acto de presencia.

Libre de culpa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora