Libre de culpa.

No necesitas mi perdón.

Cuando regresaron en el tiempo, en un principio Lan JingYi no entendía lo que sucedía. El pequeño Lan escuchaba desde los brazos de su padre como se enfrentaba a Lan QiRen, el sonido del choque de las espadas era muy agudo y molesto para sus jóvenes oídos. Lo único que sabía era que su padre defendía a un niño, Lan Zhan y al parecer este era el hermano menor de su padre. O sea, su tío. ¿Por qué nunca le dijeron que había tenido un tío al que nunca conoció? Ni siquiera de su nombre supo. Durante el enfrentamiento alguien intervino y prestando atención a una larga conversación que se vino después, se entero de muchas cosas horribles que su tío vivió a causa de la injusticia y mentiras, propio de la hipocresía de los Lan. 

Lan JingYi se siente decepcionado de su padre, siente vergüenza de él, por lo que le hizo a su tío Lan Zhan, por ser un mal hermano mayor y no apoyarlo... No aguantando tanta tristeza después de que su padre termina de hablar con su abuelo, el bebé se pone a llorar, Ze WuJun no sabe que hacer para calmarlo y es cuando QingHenJun interviene tomando al niño en sus brazos. JingYi se calma inmediatamente y no puede despegar la vista de su abuelo, es primera vez en su vida que lo ve, puesto que, en su otra línea de tiempo no alcanzo a conocerlo. Desde entonces el pequeño Lan no quiere estar con su padre, está muy enojado con él y el tío QiRen, entonces pasa más con su abuelo, durmiendo en la residencia del líder.

Lan JingYi ha sentido una enorme curiosidad por su tío y cuando lo ve no puede evitar extenderle los brazos para que lo tome y cuando está sentado en las piernas de Lan Zhan empieza a balbucear como queriendo hablar con él sin detenerse, con sus manitas busca acariciarle el rostro y no le despega la vista de sus ojos dorados que son más hermosos que los de su propio padre, por su parte, Lan Zhan permite que el niño interactúe con él como le de la gana. Ya cuando aprendió otra vez a caminar, lo hizo mucho antes que en su vida anterior, entonces cada vez que podía lo seguía a todos lados. Los pasos de Lan Zhan eran lentos y por lo tanto el bebé no tenía problemas para ir cerca y sin perderlo de vista. Un día Lan Zhan estaba en la residencia de su padre junto a su hermano y sobrino, compartiendo una tarde agradable. El pequeño de la familia, que tenía más años de lo que aparenta, disfrutaba de su repetida infancia. Lan JingYi estaba sentado en la piernas de su tío mientras intentaba hacer un dibujo, estaba concentrado en su trabajo y no dejaba de balbucear,  cuando de pronto dijo por segunda vez su primera palabra y esa no fue papá.

- Zhan... - Lan Zhan le queda viendo con sorpresa - ZhanZhan - dice concentrado en su dibujo.

- ¿qué dijiste? - pregunta emocionado su abuelo, olvidando los mayores de que ese pequeño ya tenía una vida vivida.

- ¿mnh? - el menor les queda viendo con cara de inocente en lo que lleva un dedo a sus labios que le hace ver pensativo - Lannn Zhannnn - sonríe el niño.

- ¡¿su primera palabra no fue papá?! - exclama en pregunta y con decepción Ze WuJun.

- tío... - dice el niño con expresión de burla a su padre - tío - se pone de pies para abrazar a Lan Zhan y darle un beso en la mejilla.

- ahora di abuelo - pide QingHenJun emocionado a la espera de oír a su nieto llamándolo.

Lan JingYi abre la boca reteniendo sus palabras para después liberarlas - tío Lannnn Zhaaaan - dice después de una pausa para luego reírse de la cara de decepción de su abuelo - tíooooo Laaaaan Zhannnn - JingYi aún se siente decepcionado de su padre y por eso en el último tiempo se mantiene apegado a su tío, en su vida anterior no lo conoció ni como sirviente, pero ahora sí y lo único que sabe es que lo quiere mucho y no desea que sufra. Quiere aprovechar en esta oportunidad lo que en su vida anterior le negaron, tener un tío y poder jugar con él.

Cuando JingYi alcanzó la edad de hablar y que al menos se le entendiera bien, estando presente su abuelo, enfrento a su padre, y, para un padre no existe nada más terrible que el juicio de su propio hijo. Ze WuJun está arrodillado frente a su hijo, le mira sin quitarle la vista de encima, ve como su niño presiona sus manitos en puños, su ceño fruncido y como controla que sus lágrimas no se asomen - ¿por qué...? - pregunta el niño en tono severo.