Capitulo 10- Desesperación

97 11 2
                                    

Mauro paso toda la noche cuidando que Tiago no hiciera mucha fiebre

Afortunadamente la parte de atrás de la camioneta ya estaba cómoda y el muchacho pudo dormir cómodamente. Pero Mauro no durmió nada, no solo por la preocupación de ver a Tiago así, sino por lo que habían hablado poco antes de el caer enfermo.

Porque Tiago sentía que no merecía todo ese amor? Acaso el no lo amaba lo suficientemente y por eso no creía merecer ese amor tan intenso?

Mau vio el amanecer y suspiró aliviado, Tiago no había empeorado y estaba en mejores condiciones para llevarlo a algún lugar donde pudieran atenderlo.
Desde que habían dejado su pueblo Tiago y Mauro habían pasado cosas realmente duras empezando por la incomodidad de no tener un hogar o que habían dejado a sus seres queridos.

También el estar en esas circunstancias escapando, era la primera vez que Mau se sentía solo, no quería perder a Tiago. El miedo y la desesperación de no poder cuidarlo como se debe, hicieron que se orillara a un lado del camino y sacará a un Tiago dormido de la parte de atrás y lo pusiera en el asiento de copiloto, poniéndole el cinturón. Su atención estaba dividida en saber cómo se encuentra y el camino, no podía conducir así, por eso era mejor tenerlo a un lado.
Asique decidió que encontraría un poblado para que atendieran a su novio.

Mauro se había percatado de que el paisaje era mucho más poblado, había manejado una media hora y se dió cuenta que estaba pisando unos poblados grandes casi podría decirse ciudades, nunca había visitado esa parte del país, solo se guiaba con el mapa.

Intento encontrar casas para preguntar dónde había un médico cerca, trató de estar positivo, pero una nube negra sobre un costado de la carretera lo preocupó.
Evidentemente era un pueblo pero conforme avanzaba comenzó a ver casas quemadas, se veía un gran incendio que estaba siendo contenido con mucho esfuerzo y del otro lado de la ruta vio unas carpas la mayoría tenía una cruz roja. Mauro se dió cuenta que eran los médicos voluntarios de médicos sin fronteras.

Era una buena y mala noticia al mismo tiempo.
La buena es que podría conseguir atención médica para Tiago y la mala es que esos grupos solo están donde hay catástrofes o epidemias.

El estacionó la camioneta cerca de las tiendas y saco en brazos a Tiago que ardía en fiebre.

— Ayúdenme por favor!

Uno de los voluntarios jóvenes se acercó rápidamente. — Que es lo que tiene?

— Tiene mucha fiebre y vómito dos veces en el camino, por más que lo hidrate no recupera su color. — al describir los síntomas su voz se fue quebrando, no se había dado cuenta de lo mal que estaba por su novio.

— Por favor con cuidado colócalo en la camilla. — dijo el joven enfermero, en eso llegó un doctor y comenzó a revisarlo, tomando la presión y pidiendo los síntomas.

Mauro se secó las lágrimas y se quedó sostenido la mano de su Tiago, quería que este bien y se recuperé. Pero se preocupo cuando el doctor llamo a otro médico quien empezó a dar órdenes con términos médicos.

— Hay que aislarlo. Tome una muestra de sangre y enbiela con sello de urgencia al laboratorio. Mientras tanto usen mascarilla y no tengan contacto con otros pacientes. Mientras no sepamos que virus es tenemos que tenerlo en cuarentena.

— Virus? Pero solo era fiebre… — comenta mauro más preocupado.

— Quien es? — pregunta el doctor.

— Es quien lo trajo.

— Ponga lo también en cuarentena, no dejen que tenga contacto con otras personas especialmente las que tienen heridas abiertas.

Eterno ♾️- LITIAGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora