4.3 Una mente vacilante.

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"Sí. Cuando eres joven, puedes vagar todo lo que quieras. Pero ya tienes veintisiete años".

Aunque sonaba envejecido, su voz era más clara y nítida que la de una persona joven. Con una manera de hablar firme y digna, Lewis le reconoció inmediatamente como el Archiduque de Southernfield.

El Conde, con la actitud más cortés que Lewis había oído nunca, pero aún indiferente y fría, respondió,

"Para ser preciso, cumpliré veintiocho años en diciembre".

"¿Eso importa ahora? Significa que es hora de empezar a pensar en tu familia.

Si no te casas y continúas el linaje, ¿quién heredará el título de Glaston?".

En respuesta a las palabras del anciano, el Conde soltó una suave carcajada. No era una risa alegre.

"He estado pensando en alguien digno de ser heredero del nombre de Glaston desde que llegué a la edad adulta. Mi primo, que vive en Dampshire Hill, ha sido bendecido con varios hijos con buenas perspectivas matrimoniales."

"¿Qué?"

"Teniendo en cuenta sus circunstancias, estarían encantados de que solicitara a uno de ellos como hijo adoptivo. Sería un acuerdo mutuamente beneficioso".

"¡Ha...! Tú, por otro lado, te estás volviendo más y más..."

"Si he sonado arrogante, me disculpo".

"Y no es sólo el condado el problema. Sabes, con Philip, se trata de tu...".

El Archiduque, que estaba a punto de decir algo más, se mordió la lengua como si tratara de reprimir sus emociones. Tras un momento de silencio, Elliot se esforzó por mantener el cinismo fuera de su voz y volvió a hablar.

"Los deseos del Archiduque son... soy consciente de ellos".

"Todo el mundo habla de ello, incluso la gente de la calle, así que es imposible que no lo sepas".

"Pero usted, Archiduque, no lo sabe. Sabe que lo tengo en la más alta estima, y que no necesito mencionar mi respeto por Sir Philip. Así que, déjeme dejárselo claro. Una persona como yo no sería apta para ocupar el puesto de Philip".

Una vez más, el silencio llenó el salón. Lewis no estaba seguro de que debiera estar escuchando esta conversación, pero no tenía otro lugar adonde ir. El Archiduque suspiró amargamente y volvió a hablar.

"Sí. Puede que sea mi codicia lo que me hace querer tomarte como hijo adoptivo, pero aunque no sea específicamente por ese tema, no crees que deberías establecerte algún día".

"......."

"Como ser humano, especialmente como Alfa, hay responsabilidades que se deben cumplir. Todo el mundo encuentra una pareja, tiene hijos y los cría, así que ¿Por qué es tan difícil para ti...?"

"¿...Quiere una respuesta sincera?"

El Conde continuó en un tono muy directo y firme.

"Porque creo que no hay necesidad alguna de repetir una historia trágica. Un niño abandonado que se queda toda su vida sin saber cómo es una familia adecuada. Basándome únicamente en mis propias experiencias infantiles, es suficiente."

(n/t: Soy megafan del Conde en este momento. Tipo, no, no tengas hijos solo por tenerlos.)

"¡Realmente tú...!"

"¿Fue grosero lo que acabo de decir? Si es así, me disculpo. Parece que sería mejor retirarme ahora antes de cometer más descortesías".

"Elliott, yo..."

Conseguí un trabajo disfrazado de sirvienta en la familia de un CondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora