Capítulo 25

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Me levanté y vi el reloj que tenía en la mesita de noche.
Eran las 10:35am, me sorprendí ya que había dormido mucho, abrí las cortinas de mi habitación y la ventana para que los rayos del Sol entren en mi habitación.

Me fui a bañarme, cepillarme los dientes y vestirme.

Por algo hoy había amanecido feliz, sentía que hoy iba a ser un lindo día.

— Anna—dijieron atrás de la puerta de mi habitación.

— Estoy cambiándome— dije mientras buscaba lo que me iba a poner.

— Solo quería decirte que a fuera te espera una sorpresa— dijo Greece.

¿ Sorpresa?
Rápidamente me vestí y me peiné.

Abrí la puerta de mi habitación y me encontré en la encimera de la cocina un ramo de flores grande.

Me acerqué al ramo y mire a las chicas.

— ¿Esto es para mi?—pregunté sorprendida.

— Si, de algún admirador secreto— dijo Greece sonriéndome.

— Mejor dicho de Tom— dijo Alicia cruzándose de brazos.

Tom me había enviado este pedazo de ramo de flores hasta aquí, me pareció un acto muy bonito sinceramente.

Sentí que alguien salía escondido detrás de una puerta que había al lado de la cocina y me giré rápidamente.

— Hola nena— dijo Tom sonriéndome de lado.

—T-Tom— dije mirándole — Me a encantando, muchas gracias— dije tímida

— No te sonrojes anda, te mereces esto y más — Dijo abrazándome

Mi estómago empezó a sentir un pequeño cosquilleo al sentir otra vez su calor junto a mi, su aroma, Dios mío.

Por fin, podíamos estar bien después de mucho tiempo.

— COMO ME ENCANTÁIS— gritó Greece emocionada— Lo siento, pero hacéis una bonita pareja— dijo ella.

Escuché una risita por parte de Tom.

— Espero que está vez la trates bien Tom— dijo Alicia un poco seria.— Eso no significa que no esté feliz por vosotros— habló ella sonriendo.

Nosotros asentimos.

— Bonita, ¿estas lista?— preguntó mirándome mientras veía su hermosa cara no paraba de sentir ese maldito cosquilleo en mi estómago, me sentía demasiado feliz. Estaba feliz de que por fin ya se que lo he dicho pero estaba feliz de que las diferencias que teníamos se habían acabado, ese día en el hotel a parte de lo que pasó después de eso lo hablamos y quedamos como amigos otra vez...

— Eh, aún no he desayunado— dije.

— No te preocupes, te he preparado el desayuno, aquí está — Dijo  el apartándose y dejando ver la otra encimera donde ahí estaba el desayuno.

Me asombré y le abracé otra vez.

— Desayuna y luego nos vamos.— dijo el sonriéndome.

Fruncí el ceño.

— ¿A donde vamos?— pregunté

— Es top secret— dijo el riéndose

Rodeé los ojos y no tuve opción que desayunar, ya que cada vez que preguntaba me decía lo mismo, así que solo tocaba esperar.

(...)

— Necesito que cierres los ojos— dijo el dentro del coche. Alcé una ceja ya que no quería.— Confía, ¿te voy a poner esta venda si?

Eres sólo mía ( Tom Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora