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Me encontraba en la misma situación que todo el tiempo, de nuevo en el auto de Zoro, un atardecer y el viento chocando en nuestra cara.

Era muy agradable pasar los días así, aunque prefería estar en casa comiendo algún postre o mirando películas al lado de mis chicos, ahora solo tengo a Zoro y tarde o temprano tendré que acostumbrarme

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Era muy agradable pasar los días así, aunque prefería estar en casa comiendo algún postre o mirando películas al lado de mis chicos, ahora solo tengo a Zoro y tarde o temprano tendré que acostumbrarme.

Miré detenidamente el cielo mientras me recargaba en la puerta asomándome un poco por la ventana.

- ¿Estás bien? - Preguntó mi novio.

- Claro que sí - Me giré un momento para sonreírle y nuevamente dirigir mi vista hacia la carretera.

Me gustaba sentir el viento en mi cara, me ayudaba a pensar aún mejor, era realmente excelente estar en el auto de Zoro, era convertible entonces cada que quisiera podría hacer que el techo del auto estuviera libre para sentir la brisa fría del día.

- Deberíamos ir a casa.

Me acomodé nuevamente para poder hacer contacto visual con el.

- ¿Estás seguro? - Este solo asintió.

- No podemos solo estar huyendo, hay más personas con las que podríamos convivir ahí, no tiene por qué ser incómodo.

Le sonreí a mi novio asintiendo, tomé un cigarrillo de la caja que tenía abierta en una sección del tablero del auto, encendí el cigarro con el encendedor del auto nuevamente me recargué en la ventana apreciando la vista de la tarde.

Le sonreí a mi novio asintiendo, tomé un cigarrillo de la caja que tenía abierta en una sección del tablero del auto, encendí el cigarro con el encendedor del auto nuevamente me recargué en la ventana apreciando la vista de la tarde

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Llegando a Tokyo, pasamos directamente a mi casa, después de varios fajes y toqueteos en el camino Zoro desesperado me empujó hacia el sofá más próximo y cerró con llave la puerta principal de mi departamento.

- Me has puesto muy caliente durante todo el camino - Se acercó con rapidez quedando sobre mí, apretaba levemente mi cuello mientras saboreaba mis labios haciéndome sentir su calidad respiración.

Solté un jadeo al notar como su agarré se intensificaba cada vez más, el peliverde comenzó a acariciar mi entrepierna con su mano libre.

- Vamos a mi habitación, Zorito - Mi novio sonrió y me cargó al estilo "princesa" hasta llegar a mi habitación, llegando me dejó caer bruscamente en la cama.

𝐁𝑬 𝐐𝑼𝐈𝑬𝐓 𝑨𝐍𝑫 𝐃𝑹𝐈𝑽𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora