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- Ya lo sabía.

Mis ojos quedaron completamente abiertos, haciendo par a mi boca, quedé pensando como tonta que era lo que había pasado a mis espaldas.

- ¿Qué? - Pregunté en un grito -

- Ya había hablado con Sanji, el mismo día del antro me llamó desesperado, me explicó todo y realmente terminé asqueado, como es posible que sus padres lo hayan obligado a eso y todo por dinero - Bebió de su lata de cerveza sin mirarme, veía atentamente la película en la pantalla -

- Es cierto pero, ¿Por qué me lo escondiste? idiota, me sentí demasiado mal minutos después de haber estado con Sanji.

- Ya había hablado de eso con el y le dije que está bien, además, quería ver cuánto tiempo podrías mantenerme una mentira.

Pronuncié su nombre con despecho dejándome caer sobre el, deprimiendome más de lo que lo había hecho en la mañana después de haber despedido a Sanji. Mi novio solo se limitó a reírse y acariciar mi cabello.

- No estoy enojado contigo, sabes que te amo - Miré hacía el creando un puchero en mi rostro, el solo sonrió y acarició mi cara -

- Gracias - Suspiré aliviada enderezandome y sentandome en su regazo, pasé mis brazos por detrás de su cuello y me recargué en su hombro - Pero, ¿Qué pasará con los tres?

- Si te lo quieres coger hazlo pero realmente me siento incómodo de hacer como si nada hubiera pasado tan rápido, a pesar de todo, pudo haber cambiado la situación como lo hizo ahora.

- Mis padres prácticamente me vendieron a una chica de dinero, me drogaban y me daban cosas para tener sexo con ella, claramente no estaban consiente al 100%, claro que esa parte de conciencia pudo haber evitado esto y no lo hice por miedo a mi familia, sin embargo, ahora estoy viviendo por mi cuenta fuera de casa. Lamento no haber podido hacer más en ese momento, fui muy estúpido y me comporté como un marica al no enfrentar a mis padres.

Besé al rubio apenas escuché su versión, no pude evitar sentir lastima, mi corazón cedía fácilmente cuando se trataba de Sanji, desde la primera vez que escuché los problemas que tenía en casa no pude evitar tratar de protegerlo de todo mal que le hiciera esa gente.

- Está bien mi amor, te creo - Besé sus mejillas por dónde noté que caían un par de lágrimas -

- No es eso tonto - Di un ligero golpe detrás de su cabeza - Solo pensé que ustedes...

- Ni se te ocurra pensar - Hizo una pausa señalandome con su dedo índice, estaba rojo de la ira y vergüenza que sentía en ese momento - Que ese idiota y yo tendremos sexo solo nosotros, no soy gay.

Me quedé en silencio recordando como mi novio de cabello verde se la había chupado al rubio.

- ¡Deja de pensar en eso, tonta! - Gritó apenado abalanzandose sobre mí, estallé en risas tratando de detener sus manos que intentaban llegar a mi abdomen a hacerme cosquillas -

Sin duda amaba estar con Zoro.

Después de carcajearme sin poder contenerme quedé devastada al igual que Zoro, besó mi cuello haciéndome reír un poco más, me dolía el abdomen de tanto reírme, claro, y de la follada que Sanji me dió en la madrugada.

Zoro volvió a besar mi cuello pero por el otro lado de este, lamió lentamente su longitud haciéndome llevar mi cabeza hacia atrás, suspiré sonriendo a el.

- Muy infiel de tu parte pedirle que no te deje marcas - Miré espantada a mi novio, Sanji le contó lo de hace unas horas.

Apenas iba a pedirle disculpas y una de sus manos se estampó en mi cara dándome una bofetada, miré con tristeza sus ojos pensando que si estaba molesto, estaba celoso, estaba prácticamente destrozandome con la mirada. No pude evitar morder mi labio inferior.

𝐁𝑬 𝐐𝑼𝐈𝑬𝐓 𝑨𝐍𝑫 𝐃𝑹𝐈𝑽𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora