Saye 06.

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"Mis pelotas ya han explotado, ya no existo en este mundo".







Jiang Cheng tenía los brazos cruzados, las piernas bastante estiradas frente a él. Se sentía un poco disgustado.

El nivel de habilidad de los que estaban antes en la cancha era regular; si estuviera usando zapatillas de deporte, él y Pan Zhi probablemente podrían enfrentarse a ellos 2 a 5 sin problemas. Sin embargo, era divertido verlos jugar, había una sensación de superioridad al verlos desde arriba, así como orgullo por el espíritu elevado y ambicioso que lo llevó allí.¹•

Pero cuando Gu Fei y sus dos amigos entraron en la cancha, toda la atmósfera cambió.

Porque las habilidades de Gu Fei en el básquetbol eran... muy buenas. Si esto estuviera situado en su antigua escuela, Gu Fei sería sin duda el tipo de persona que se bañaría en la gloria de una audiencia masiva de chicas gritando durante un torneo de preparatoria en toda la ciudad. Junto a él, el «Shi» y el «Niao» de «Bu, Shi, Hao, Niao» también jugaron bastante bien. A diferencia de la forma en que se encorvaban y se desplomaban como hooligans sobre las sillas en la tienda de conveniencia, su trabajo en equipo en la cancha fue excepcionalmente pulido, casi haciendo que los dos jugadores restantes de su equipo parecieran redundantes.

Por lo tanto, ver un partido como éste ya no le producía a Jiang Cheng una sensación de superioridad en absoluto.

No sentía ninguna aversión especial hacia Gu Fei, pero definitivamente tampoco tenía una muy buena impresión sobre él. En un momento como este, sus pensamientos internos estaban en conflicto entre; hey, este hijo de puta es bastante bueno en esto, mientras que otra parte de él corregía enérgicamente este pensamiento; bastante bueno mi trasero, él es solo un enrejado de flores de alarde...²•

—Este tipo es bastante bueno, eh—, dijo Pan Zhi, sin la más mínima comprensión tácita—. ¿Cómo lo conociste?

—Sería bastante ordinario si estuviera en nuestro antiguo equipo—, dijo Jiang Cheng.

—Oh, ¿estás en el equipo de básquetbol?—. Sin esperar a que Pan Zhi respondiera, Li Yan abrió la boca desde el otro lado. Su tono se tiñó de provocación—: ¿Qué tal si hacemos que alguien del otro equipo se retire y tú puedes continuar?

Jiang Cheng giró la cabeza y lo miró: —No.

—¿No? —Li Yan se sorprendió, probablemente pensando que aceptaría encantado el reto, no rechazándolo realmente tan rápido—. ¿Por qué?

—Adivina—, Jiang Cheng se levantó y comenzó a caminar hacia la salida del gimnasio.

Pan Zhi levantó los brazos en un estiramiento, luego se puso de pie y lo siguió, dejando atrás a un grupo de personas confundidas. 

—Tú y tu ira sin nombre—, tras salir del gimnasio Pan Zhi encogió el cuello—. ¿Tienes algún tipo de enemistad con ese tipo?

—Este es mi tercer día aquí—, dijo Jiang Cheng.

—Es cierto, el tiempo es demasiado corto para plantear cualquier problema con alguien—, suspiró Pan Zhi—. De todas formas, todo el mundo es desagradable a la vista para ti ahora mismo.

—Parece que estás bien—, Jiang Cheng lo miró.

Pan Zhi sonrió: —Ay, aunque de verdad, ¿cómo conoces a ese tipo? ¿El también es de segundo año?

—... Un vecino—, dijo Jiang Cheng.

—¿Del mismo edificio que tú? —preguntó Pan Zhi.

UN GATO Y UN CONEJO (sin corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora