4- ¿Confesión?

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El merodeador apagó el grifo y salió de la ducha.

-Porque siempre estoy pensando en él...-Decía dentro de su cabeza mientras se miraba al espejo, en estas últimas semanas había empezado a sentir algo por Miles, lo cual no quería aceptar.

-¿En serio estaré enamorado de un hombre? Joder, soy un puto maricón de mierda.-Sonrió y empezó a vestirse pensando en Miles porque cuando salga irá a visitarlo.

Finalmente, se puso su mochila con comida para Miles e iría a visitarlo, últimamente estaba más feliz aunque no quería admitirlo.

-Hola, ¿tienes hambre?-Hablo mientras cerraba la puerta, pero antes de que pudiera hacer algo más, Miles lo abrazo con fuerza.

-Te extrañé...-Dijo mientras lo abrazaba más fuerte.

Eso hizo que el merodeador se sonrojara.

-Yo también te extrañé.-El merodeador lo dijo tan bajo que Miles no pudo entender nada.

-¿Qué?- Pregunto miles separándose del merodeador.

-Nada, ¿tienes hambre?

-Sí.-Agarro una manzana y se la empezó a comer.

Después de comer, el merodeador le enseño algunos comics que había traído para que Miles no se aburriera.

-Cuantos comics, de estos no había en mi dimensión.-Miles empezó a ver la portada de todos los comics hasta que uno le llamo la atención.

El merodeador al darse cuenta del que estaba mirando lo agarro y lo puso detrás de él.

-Jaja no puede ser.- Miles empezó a reírse mientras el merodeador estaba avergonzado por si lo había visto.

-¿Lo has visto?- Pregunto el merodeador avergonzado.

-Sí, ahora dámelo.-Miles intento agarrar el comic.

-¿Por qué te lo daría? Mejor lee los otros.

-Tarde.-Miles finalmente lo agarro

-No...-Decía mientras se tapaba la cara.

-¿Un comic de My Little Pony?- Miles no se paraba de reír.

-¡No es mío!

-¿Entonces porque pone tu nombre?-Miles empezó a leerse el comic mientras el merodeador se lamentaba.

Después de unos minutos, Miles estaba llorando por el comic.

-¿Y qué te pareció?-Preguntaba el merodeador.

-Es tan triste...-Miles se limpió las lágrimas.

El merodeador miraba a Miles con una sonrisa, aunque eran diferentes, lo que le hacía enamorarse más.

-¿Puedo decirte algo?- Preguntó el merodeador con timidez, hoy iba a confesarse.

-¡Por supuesto! Lo que sea. -Respondió Miles mirándolo con curiosidad.

El merodeador se acercó a él y se sentó a su lado, pero antes de que pudiera hablar, una voz irrumpió en la habitación.

-¡Detengan a ese tipo!-Gritó un spider-man desde el pasillo.

-¡No! - Respondió Miles mientras se levantaba.

-¡Sorpresa!- Gritó el spider-man mientras se deslizaba hacia ellos a toda velocidad.

-¿Qué pasa?- Preguntó el merodeador con confusión.

-¡Atrapad a Miles!

-¿Por qué hay dos?

-Bueno, atrapad a los dos.-Hablo Miguel o'hara.

-¡Pero! - Atisbó el merodeador.


Dos arañas, ¿un amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora