iv. Tazones bajo el agua

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──¿Lo hago bien?

──No.

La sequedad de sus palabras eran un claro reflejo de su cansado ser, reflejando su rechazo a seguir siendo la maestra de Ranpo en el antiguo arte de tender la ropa.

──Debes sacudirlo más o se van a arrugar── Movió sus manos como si sacudiera la ropa ella misma esperando que eso ayude a Ranpo.

──¿Así?

── No, tiene que ser así ── Volvió a ilustrar con la camisa imaginaria. ──No así ── Dijo haciendo los mismos movimientos de Ranpo para que notará la diferencia.

──¿Entonces cómo lo hago? ── Para desgracia de la chica, Edogawa se había rendido desde antes de iniciar. ──¿Así?

──¡Tampoco tan fuerte o se dañaran!── Advirtió dejando mostrar una vez más su estrés por el asunto.

Suspiró, intentando recobrar su paciencia por unos instantes.

──¿Entonces como se supone que lo haga? ──Su voz se alzó un poco mientras demostraba su frustración al no entender que quería (Nombre) que hiciera.

──Tienes que agarrarla así y luego... ──Volvió a explicar con lentitud en sus palabras.

Sabía que al Ranpo de Untold origins no le gustaba ser tratado como un niño pequeño incapaz de entender, a pesar de lo que su comportamiento daba a entender, pero ya no tenía otra forma más de explicarle más que con peras y manzanas.

Si bien para ella era sencillo y sus explicaciones claras para Ranpo no eran más que instrucciones sin sentido y completamente contradictorias, tan difíciles como las direcciones y señalizaciones en la calle que se negaba a comprender.

Además de que no quería tener que tender la ropa.

En realidad no quería hacer labores domésticas.

No quería hacer nada, tal como un mantenido.

──Tienes que hacerlo como te lo explique.

──¿Y cómo hago eso?

──¡Como te enseñé!

──¿Y sí mejor lo haces tú y yo la siguiente?

──¡Lo mismo dijiste con lavar la ropa!

──¡Pero tampoco se tender ropa! ──Un quejido escapó de sus labios a forma de berrinche. ──Ya no quiero, hazlo tú── Con la rabieta de un niño pequeño Edogawa se negó a hacer su labor, frunciendo el ceño y esquivando la mirada.

(Nombre) por su parte se preguntaba si realmente Ranpo no sabía hacerlo o solamente intentaba engañarla para no tener que hacer nada, como está segura de que hizo en las otras tareas, de solo pensar en la segunda le daba rabia al saber que era el labor más simple de todas, teniendo poca ropa entre ambos y requiriendo de poco esfuerzo. Para alguien que pasó toda su vida haciendo quehaceres y mandados el ver a una persona que no se esforzaba aún habiendo prometido que lo haría era chocante, estresante y molesto.

Si, le hubiera causado gracia ver esto como un capítulo de anime, pero está era la realidad, su nueva realidad, tenía que mantener a ambos con un dinero que tarde o temprano se iba a acabar, atendiendo el doble de tareas domésticas.

¡Dios! Solo tiene 15 años y está en un maldito mundo donde no es nadie y no tiene nada.

Esta estresada, cansada, con todo en los hombros y se va a quebrar ahí mismo solo porque Edogawa no quiere tender la ropa.

──¡La vas a arrugar! ──Reclamó, observando la camisa en manos del menor.

Ranpo por su parte permanece en silencio como parte de su berrinche, ignorando, porque el sabe lo que ella siente.

Café Molcajeteado ┆ Ranpo EdogawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora