ii. Lo difícil de criar a un niño

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Una hora, en tan solo una hora Ranpo Edogawa había conseguido hacer que ella se arrepintiera totalmente de dejarlo pasar a su casa.

Ahora sabía por lo que Fukuzawa había pasado o más bien lo que pasaría.

Realmente sentía lástima por Fukuzawa.

En el poco tiempo que llevaba con ella el oji-verde se había pasado hablando de tantas cosas que por momentos se había sentido mareada, todo el camino se la pasó preguntándole si habían tomado el camino largo, si lo podía cargar entre más cosas. Tan solo había conseguido callarle un poco al darle parte de su botana al llegar al departamento, pero lo había comido rápido por lo que no descanso mucho de su voz.

Era como tener un periquito cantando sin parar.

Se empezó a cuestionar su gusto por los periquitos.

── Quiero más dulces ── Volvió a exigir ── Está marca está siendo basura recientemente...

Su voz pronto empezaba a perderse en la mente de ella, parecía que había llegado un punto donde su cabeza ya no toleraba más información y la sacaba tan pronto entraba aún si todavía no lograba decodificar está.

( Nombre ) ni siquiera pestañeó. Las divagaciones de Ranpo finalmente la habían roto y necesitaba recobrar señal.

Su cuerpo había entrado en modo automático y solo se limitaba a asentir de vez en cuando, sin embargo su mente empezó a divagar en posibilidades de como deshacerse del muchacho frente a ella, en su mente ya había escapado de su casa dejando a Ranpo encerrado dentro. Abrió la ventana del departamento, engañó a Ranpo para que se acercara y lo había arrojado desde el tercer piso... En su mente. Lo había invitado a comer afuera y cuando estaban lo suficientemente lejos de su casa lo abandono ahí... En su mente. Había ideado silenciosamente varías maneras para quitarse a Ranpo de encima, algunas más civilizadas que otras, pero no iba a llevar a cabo ninguna... Por ahora.

── Eres una chica paciente ── Ahí fue cuando ella reaccionó.

Ranpo finalmente había dejado su parloteo y la miraba fijamente, era realmente surrealista tener frente a ella a lo que hace unos días solo era un personaje de anime/manga, ¡Además era de sus personajes favoritos!

Si no colapso por saber que estaba dentro del anime Bungou stray dogs y viviendo la novela ligera de los orígenes no contados, ni chillo de alegría de tener al mismísimo Ranpo Edogawa en frente fue porque ya estaba muy cansada.

Tenía sueño y su mente no daba para más.

Pero estaba feliz, en el fondo y detrás de esa cara de cansancio.

── Supongo que lo soy ── Y era cierto, una de sus características principales era la gran paciencia que tenía... A veces.

Si, no, depende del clima.

── Tengo sueño, ¿Tú tienes sueño? ── Preguntó aunque no dejó a Ranpo contestar. ──Ok... A dormir──

Rápidamente se levantó del suelo, donde ambos habían permanecido sentados desde que llegaron, y se dirigió al otro extremo del lugar, abrió la puerta corrediza y ingreso en lo que pareció ser la habitación, un cuarto casi vacío con un solo un futón mal acomodando en el centro.

Su departamento era algo muy pequeño, pero no podía quejarse demasiado, era mejor a esos pequeños departamentos que apenas te daban espacio y dónde todo estaba encimado, le daba nervios pensar en vivir en su sitio tan estrecho.

── Solo hay un futón así que elige, ¿Suelo o incomodidad? ── Preguntó mordiéndose la lengua para no decir: ¿Suelo o suelo con almohada?

── Incomodidad── Respondió imitando sus pasos y acercándose al cuarto.

Café Molcajeteado ┆ Ranpo EdogawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora