Ahí descansaba a horas de la madrugada, envuelto con la sábana del futón como si no tuviera que compartir con otra persona y aún así padeciendo por el frío que provocaba la humedad del viejo sitio que por algunas cuestiones no eran capaces de reclamar.
El cielo nocturno, un silencio sepulcral que acabaría una vez sus vecinos se levantarán por la mañana... O terminaría antes con los pasos apresurados de una muchacha.
──¡Ranpo levántate! ──Le gritó, entrando en la habitación y tirándose del lado del futón que Ranpo todavía no se adueñaba. ──Despierta, tenemos que salir.
Movió al muchacho de forma insistente, de lado a lado para despertarlo de su profundo sueño ganándose solo un quejido de su parte y un movimiento de mano lento y cansado.
──Ranpo, vamos levántate.
──No quiero... Tajima, es muy temprano... ──Murmuró somnoliento sin dignarse a abrir los ojos.
──Ranpo ──Le llamó sacidiendolo más. ──La casera vendrá hoy a cobrar la renta a primera hora ──Confesó antes de que el muchacho se sentará de golpe con los ojos abiertos de par en par.
(Nombre) hubiera tomado su tiempo para apreciar esos bellos ojos verdes si no fuera porque enserio tenían que irse. La carencia de dinero les había alcanzado, comprar para dos y la falta de trabajo los dejaban con muy poco, suficiente para pagar pero no para comer y los dos eran hambriados.
──Voy por mi capa ──Dijo antes de levantarse del futón.
──¡También mi abrigo por favor! ──Le pidió la muchacha tan pronto Ranpo salió de la habitación.
Con rapidez se levantó del futón, acercandose al armario para sacar el único conjunto limpio que le quedaba, desgraciadamente solo era la camisa de manga corta que compró y la falda larga del uniforme escolar, era una lastima que no tuviera tiempo ni para maldecir su suerte. Tan pronto como pudo se quitó el pantalón del uniforme deportivo y se colocó la falda junto a las medías, decidiendo que era mejor opción a ensuciar su única pijama en las sucias y concurridas calles de Yokohama, además que ya estaba algo desconocido y tenía una mancha que todavía no había quitado.
──¿Me llevo la maleta con el dinero? ──Le pregunto girando su rostro hacia la muchacha al escucharla salir de la habitación.
Eso antes de que bajara la cabeza de golpe con las mejillas tibias y su corazón latiendo, la muchacha, única compañía en ese departamento viejo había salido de la habitación mientras se quitaba la camisa para recoger el teléfono que se encontraba cargando cerca de él.
──La maleta es estorbosa, lo cambie a la mochila por si pasaba ésto, así que llévatela ──Le dijo, desconectado el teléfono y colocando la camisa limpia en su cuerpo.
Ranpo no supo que decir por dos segundos.
──¡No salgas del cuarto así! ──Le reclamó, alzando el rostro con un notable tono rojizo en toda la cara.
──Vives conmigo, tarde o temprano me ibas a ver así ──Le respondió tranquilamente, volteando hacia el balcón donde se encontraba la ropa que apenas había tendido en madrugada.
Si no fuera por esa ropa jamás hubiera escuchado a los vecinos de arriba quejarse por el pago de la renta a primera hora.
──... ¿Meto la ropa también? ──Le preguntó al notar la ropa en el balcón.
──Dejala no tenemos tiempo... ──Dijo antes de acercarse a Ranpo y tomarle del abrigo para llevarle a la entrada donde tomó su bufanda a último momento. ──Solo pide que no llueva hoy.
ESTÁS LEYENDO
Café Molcajeteado ┆ Ranpo Edogawa
Fanfictionꨄ┆Antes de pedir poder vivir la historia de un anime cuestiona si serías capaz de soportar: ⠀⠀⠀Despertar todos los días en un departamento de mala muerte, sobrevivir en una ciudad con crímenes, muerte y habilidades acompañada de personajes peculiar...