9.

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Era un poco repugnante cuánta diferencia había al estar acompañado por un alfa poderoso e influyente. A Taeyong le molestaba muchísimo que las personas que apenas lo habían mirado y las personas que se habían estado burlando de él toda la noche ahora le sonrieran educadamente y lo involucraran en una pequeña charla.

Era enloquecedor y, sin embargo, Taeyong no podía negar que a una parte de él... le gustaba. Esa parte de él se sentía bien sabiendo que YoonOh no dejaría que nadie fuera grosero con él. Esa certeza, la seguridad, era un sentimiento tan nuevo y refrescante después de meses de no estar seguro de la reacción de la gente cada vez que salía de la casa.

Pero a pesar de que la gente no era grosera con él ahora, Taeyong nunca había sido bueno en ser sociable.

No era bueno para las conversaciones triviales. Nunca sabía qué decir y odiaba las pausas dolorosamente incómodas y las sonrisas poco sinceras. Pero YoonOh estaba allí con él, y marcó la diferencia. Taeyong no podía creer lo cómodo y relajado que se sentía. La presencia firme e imperturbable de YoonOh a su lado era maravillosamente tranquilizadora. Cada vez que Taeyong se sentía perdido o fuera de sí, le bastaba sentir la firmeza y la fuerza del brazo de YoonOh; calmaba sus nervios y lo hacía sentir maravillosamente protegido.

Taeyong sabía que no podía seguir confiando en YoonOh a largo plazo. Él era lo suficientemente consciente de sí mismo como para darse cuenta de que tal dependencia podría convertirse rápidamente en una necesidad. Y no podía necesitar a YoonOh. Tenía que recordar que este alfa no iba a estar a su lado para siempre. Tenía que encontrar otro alfa. Alguien de su edad. Alguien en su propia liga.

Así que hizo lo mejor que pudo con los alfas que YoonOh le estaba presentando.

Estaban... bien. Por supuesto que estaban bien: YoonOh los había elegido, después de todo, y Taeyong confiaba en él.

—¿Te gusta alguno de ellos? — YoonOh preguntó cuándo estaban solos por un momento.

Taeyong se encogió de hombros, inclinándose un poco hacia YoonOh y esperando que no fuera obvio. Como que quería apoyar su mejilla en el hombro del alfa y acurrucarse junto a él, pero sabía que era una mala idea. —Parecen.... agradables.

—Bien. — repitió YoonOh rotundamente.

—Sí. Minerva en particular era bastante fácil de hablar. — Taeyong miró a YoonOh a los ojos. —¿No estás feliz?

Los labios de YoonOh se apretaron en una fina línea. No dijo nada por un momento. —'Agradable' no es lo suficientemente bueno. No has apartado la mirada de mí durante más de veinte segundos mientras les hablabas. Eso no es prometedor.

Taeyong se sonrojó.

Una sonrisa divertida brilló en el hermoso rostro de YoonOh. —Simplemente significa que tendremos que buscar más. Aquí hay muchos buenos candidatos.

Taeyong frunció los labios y le dirigió una mirada suplicante.

Riendo, YoonOh tocó la barbilla de Taeyong con el pulgar. —No hagas eso en este momento. A mí tampoco me gusta esto, pero sabes que es necesario.

Taeyong suspiró. —Bien. Pero necesito recargar primero.

—¿Recargar?

Taeyong le dio sus mejores ojos de cachorro. —¿Puedo olerte? ¿Y luego podemos volver a la caza alfa?

La mirada que YoonOh le dirigió fue decididamente poco impresionada. —Taeyong.

Taeyong se humedeció los labios, su estómago revoloteando con una especie extraña de calidez.

Blurred Lines | JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora