IV

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3 months

Era casi las 11 de la noche cuando Paulo recibió una llamada de Enzo llorando a moco suelto.
El castaño estaba por quedarse dormido cuando llegó la llamada, por lo que había contestado esta adormilado y confundido.

—Ché, ¿está todo bien? —preguntó Paulo mientras revolvia su cabello en un intento de espabilarse.

—Todo está de la mierda. El sorete de Julián me cortó por llamada boludo. —sollozo el azabache.

El sueño rápidamente abandono el cuerpo de Paulo al escuchar a su amigo llorar.

—¿Posta? Jamás pensé que Julián fuera tremendo cheto. —respondió pensando en el jugador del City.

Re de cheto cortar a tu pareja por llamada, pensó Paulo mientras consolaba al azabache.
Aquella noche no durmió hasta que tranquilizó a Enzo, prometiéndole que iría a visitarlo pronto, logrando que el azabache terminara por dormirse.

Ya llegaría el momento para hablar con Julián.

Kevin miraba la televisión en silencio sin saber que hacer mientras esperaba a la llegada de Julián.
El mexicano no contaba con mucho que hacer en el apartamento. Desde el primer día que llegó se había dado cuenta de que el argentino muy ordenado y limpio, por lo que se encargaba mayormente de el y el bebé en crecimiento.

Nunca se había sentido tan inútil, ignorado y encerrado como en las 2 semanas que llevaba viviendo con el argentino.

Julián era un hombre completamente diferente a cuando se habían conocido, se había vuelto totalmente serio y distante con el.

El alfa procuraba tener el menor contacto posible con el Omega.
No hacia más que recordarle cada mañana que no podía salir ni abrir la puerta del departamento y en las noches llenarlo de sus feromonas.
Jamás había conversaciones fuera de esos dos temas.
Julián siempre ignoraba los "¿cómo te fue? ¿Qué tal tu día? Y ¿cómo estás?" por parte de Kevin, y a cambio le daba al mexicano un total silencio.

Eran casi las 9 cuando Julián llegó y se fue directo a dar una ducha, todo esto de forma silenciosa y rápida y sin darle importancia a la presencia de Kevin.

Cualquier otro dia Kevin lo hubiese ignorado de igual forma y hubiera seguido mirando lo que fuera que estuviera puesto en la televisión, pero hoy no iba a permitírselo.

Kevin tenía que hablar con Julián si o si. Por fin había cumplido 3 meses y tenía que asegurarse de que el bebé estuviera sano. Todo fuera por su cachorro.

Para cuando Julián salió eran casi las 10, Kevin lo observó en silencio hasta que creyó encontrar el momento perfecto para acercarse y hablar.
Julián había terminado de cenar y había quedado en la cocina "lavando los trastes" según Kevin.
El mexicano se escabulló y se quedó a una distancia considerable del argentino, mientras que este se encontraba texteando de forma veloz en su celular.

—Julián.—le llamó Kevin un poco nervioso.

—Ché, andá a la sala. Estoy ocupado con el laburo ahora. —dijo indiferente.

Kevin titubeó pensando en si quedarse o irse. Al final optó por hacerle caso al alfa e irse a la sala, era mejor hablar con el ya que estuviera desocupado.
20 minutos después el cordobés entró a la sala y se sentó junto a Kevin comenzando a soltar sus feromonas.
Se mantuvieron en silencio hasta que el omega creyó encontrar el momento exacto para hablar.

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