🥀Capítulo 11. La cita🥀

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Rebecca

Miro por la ventana y el cielo está cubierto de enormes nubes oscuras. ¿Será que irá a llover? Los del clima no lo han anunciado, aunque bueno, eso no es nuevo , cuando dicen que va a hacer calor, llueve, cuando va a llover, un calor que te derrites. En fin, sólo es un pronóstico.

Observo la hora, faltan quince minutos para las 21 horas, no quiero bajar aún, voy a parecer una desesperada, pero es que aquí encerrada en estas cuatro paredes, me mata la ansiedad.

<<¡Por Dios no puedo creer que vaya a tener una cita, mi prima cita!-, brinco de la emoción.>>

A la mierda lo de la desesperición, ya no me aguanto los nervios, salgo de mi cuarto atravieso el pasillo para llegar a la sala. A pesar que todas las luces están apagadas, se puede ver claramente, por las luces que se proyectan a través de los cristales de las grandes ventanas de la sala, adornadas con sus cortinas, en blanco y negro, paso despacio para no hacer mucho ruido, ya que todo se siente tan tranquilo.

—¿A dónde vas a estas horas?—, me sobresalta la voz de Sra Sarah, que está sentada en el sofá más grande, de una juego de tres piezas, de color blanco y negro, que hacen una bonita combinación con una mesita que luce ambos colores, situada al lado del sofá, en el que está sentada mi tía, sobre la cual está colocada una lámpara moderna, que proyecta una tenue luz, pero la suficiente para permitirle, leer el libro que descansa sobre su regazo.

<<Tuerzo los ojos, no puedo creerlo, que afán el de ella.>>

—Voy a salir con un amigo—, informo suspirando, y no precisamente por una buena emoción. Siento un acongojamiento moral de solo verla. ¡No pienso permitir que me arruine esta noche!

Exhala el cigarrillo y arroja el humo al aire, luego le da un pequeño sorbo a una taza que reposaba sobre la mesa, que ha de ser café, por el aroma que se refleja en el aire. Esto me parece eterno, miro el reloj y caigo en cuenta de que sólo faltan cinco minutos

—Sólo procura llegar viva esta noche-, advierte restándole importancia al asunto, mientras me quedo ahí parada esperando su discurso habitual.

<<Ya, ¿es todo? , no dirá más. ¡Pues perfecto!-, me encojo de hombros y le respondo.>>

—Lo intentaré—, salgo a toda prisa, antes que se arrepienta.

🥀🥀🥀

Llego al parque, se siente el olor de la humedad de la noche. Hay farolas a ambos lados de las aceras del parque, que la separan del área verde, iluminando todo el lugar. Distingo una figura al lado de un árbol pero solo veo sombras. Sé que es él, mi corazón ya empieza a palpitar desenfrenadamente, como si sólo los nervios y la ansiedad no fueran suficientes.

—Estás hermosa—, afirma Mateo cuando me ve llegar y me ofrece una sonrisa de esas que me desbocan el alma y me ponen el mundo de cabeza.

La verdad aprecio su buen gusto, pero no llevo nada que sobresalga de lo hermoso. Me he puesto un vestido negro, corto y entallado, a juego con unas botas modernas de tacón grueso, negras, acordonadas, que me llegan un poco más abajo de las rodillas.Y también llevo una preciosa cinta negra en el pelo.

<<Es que, ¿qué les puedo decir? Me gusta el negro. Es muy yo.>>

Sin embargo Mateo si que está apuesto, lleva uno jeans de mezclilla, con una chaqueta gris, y debajo de esta lo que parece ser un jersey blanco, al igual que los tenis y un pequeño gorro en la cabeza de color gris. Supongo que el blanco también su color, a pesar de que hoy lo ha combinado con gris, le queda perfecto es todo bondad. ¡Qué ironía somos como el ying y el yang!

Ángel V/S Demonio. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora