🥀 Capítulo 7. Confusión 🥀

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Yo valora la risa más que nada, porque sé más de tristeza que de alegrías.

Rebecca

🥀🥀🥀

Rebecca

Un día más, un día menos.

Suspiro entre tantos pensamientos que vienen y van de camino a la escuela.

Me siento abrumada, ayer cuando llegué a casa escuché a mi tía hablando con un abogado, quiere apropiarse de parte de la herencia, porque teme quedarse en la calle cuando yo cumpla la mayoría de edad, y me sea asignada.

Mi tía Sarah es una señora de unos 38 años, alta, delgada y esbelta, como si fuera modelo, de pelo negro corto, y ojos azules, como los míos y los de mamá, que en paz descanse; pero los de ella, en cambio, tienen una mirada fría, con la capacidad de congelarte con la mirada al verte. Siempre luce vestidos costosos, zapatos de tacón alto y puntiagudo, y nunca le he visto las uñas pintadas de otro color que no sea el rojo.

Es, además, una persona frívola, con aires de superioridad, egoísta, malsana, con el símbolo del dinero dibujado en sus ojos. Esa, es su razón de existir. Siempre la he observado como un mounstruo, en generosas palabras, pero es mi único familiar, jamás la dejaría en la calle, no soy como ella, que me arraigo a cosas banales como el dinero .

<<Ojalá con ese dinero pudiera comprar las ganas de vivir, la felicidad que no he tenido, poder ver sólo un día más a mis padres, o tal vez tan solo pudiera comprar una sonrisa que me llene el alma.>>

<<Alguna vez leí en un libro que valoramos la risa porque existe el llanto.Yo valoro la risa más que nada, porque sé más de tristeza que de alegrías.>>

Los pasillos de las escuela hoy están desolados, por primera vez he llegado temprano, miro el reloj, o más que eso. La verdad es que ayer descubrí un motivo por el que quizás podría agradarme un poco, no sé si sea adecuado.

Me dirijo a la cafetería de la escuela que debe estar abierta ya, quiero desayunar algo, salí tan dubitativa esta mañana, que apenas me di cuenta, pero ya mi estómago se hace notar, creo que hace rato no cae alimento en él.

Me siento en una de las mesas más apartadas, al fondo de la cafetería, y observo el menú.

—¿Qué puedo ofrecerte para que me regales un sonrisa?

Levanto mi vista y ahí está él , con su espléndida sonrisa que termina en unos tiernos hoyuelos, lleva una gorra roja con el símbolo de la preparatoria en él, cubriendo su pelo. No hago más que sumergirme en lo profundo de la mirada de esos preciosos ojos negros, la cual no tiene fin, es sólo perderme en ellos y divagar allí por horas. Sonrío como tonta, porque me ha alegrado el día el sólo hecho de verle.

<<Su luz ilumina mi caos.>>

—Bueno veo que no he tenido que esforzarme tanto, pensé que sería un arduo trabajo—, dice Mateo irónicamente mostrando sus músculos.

—¿No sabía que estudiabas aquí?—, pregunto desconcertada, al fin reaccionando.

—Claro que no sabes, porque no estudio aquí—, además estoy seguro que de ser así, ya me habrías notado—, dice guiñándome un ojo, y yo me sonrojo un poco .

—¿Y qué haces entonces?

—Trabajo, aquí en la cafetería, pero sólo es de medio tiempo—, me explica.

—Aahhh comprendo ¿Desde cuándo trabajas aquí?—, pregunto aún aclarando mis dudas, puesto que nunca lo había visto.

—Desde que me di cuenta que así puedo estar más cerca de ti—, dice en un susurro acercándose un poco a mi oído, y yo siento mis mejillas arder.

Ángel V/S Demonio. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora