07- Volviendo atrás...

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Rosé sentía que su cabeza iba a explotar. Había tenido un orgasmo hace unos 15 minutos atrás y fue fantástico. ¿Qué era lo malo? Fue con su amiga, su mejor amiga.

Lisa iba en silencio. Veía los árboles pasar. Y en su mente solo había el río de la desesperación. Pronto iba a enfrentar a Jennie. Sin duda alguna iban a terminar. Ya no era lo mismo.

Lo difícil era saber para que era la llave y la dirección tan alejada. Sea lo que fuere ya no había esperanza. Y ver a Rosé tan afectada por lo que acababa de ocurrir, solo partía el corazón de Lisa.

Por fin llegaron. Había una casa, grande, al estilo mansión. Desde fuera se veía que era grande y espaciosa. "Buen gusto tiene el dueño" pensó Lisa. Rosé solo miraba si estaban en la dirección correcta.

- ¡Pasen!- gritó Jennie desde una ventana.- Habían tardado. Pensé que no vendrían. ¿Qué hacían?

La pregunta tan repentina revolvió el estómago de Lisa. Rosé solo pudo salir llorando de la casa, sin dar explicaciones y dejando a Jennie totalmente confundida.

-Nosotras... nos perdimos. ¿Qué quieres?-Lisa parecía furiosa.

-Relájate. Aquí está la razón por la que te descuide tantos meses. Lo siento. Tenía que haber encontrado otra forma pero era mucho dinero y no sabía como conseguirlo y...

Lisa puso un dedo en los labios de Jennie, abriendo los ojos de forma exagerada cuando se dió cuenta del gesto. Se suponía que ella estaba incómoda y molesta con Jennie porque ella le fue infiel... primero.

-Calla, ¿qué significa esto?-Lisa se sentía confundida. ¿Qué era lo que Jennie trataba de decir?

-Esta, amor, es nuestra casa. Trabajé duro todos estos meses para comprarla. Costó una fortuna pero al fin la compré. Aquí podremos hacer lo que nos de la gana. No tendremos que pagar renta ni nada de eso. Seremos felices.

Por un segundo Lisa quiso abrazarla, pero se detuvo a pensar en porque MoonByul estaba junto a Jennie.

-¿Y qué hacías con MoonByul?

-Ella era la antigua dueña-Jennie sonreía felíz de poder aclarar la incómoda situación.

-Entonces tu n...

-No te fui infiel. Yo te amo,boba. Jamás podría ver a alguien más que a ti.

Joder, maldito el poder de Jennie de hacer sentir mariposas en el estómago de Lisa. Por increíble que parezca, el mundo de Lisa daba vueltas, tenía justo en frente de ella a la Jennie que conoció y de la que se enamoró pero esta vez se había superado ela mismo. Había comprado una casa solo para ellas dos. Había doblado horarios de trabajo solo para reunir el dinero necesario y no tener que pedirle ayuda para pagar. Y mientras Lisa lloraba pensando que la estaban engañando, su novia solo trabajaba para hacerle un regalo magnífico. Qué injusta era la vida. Ahora ¿Cómo se suponía que Lisa siguiera adelante después de lo que había hecho con Rosé?

-Dame un beso- Jennie esperaba otra reacción, que Lisa corriera a abrazarla o a besarla y no que se quedara estática y con cara de confusión y arrepentimiento. Por eso pidió que la besara.

-C...Claro- Lisa dudó un segundo. Debía decidir, si contar la verdad y arruinar el gesto tan lindo o callar y salvar su relación. Al fin y al cabo si Jennie no se enteraba no pasaba nada, además no significó nada y no se repetiría jamás.

Se besaron. Por primera vez en meses se besaron. Tierno y suave. Lisa extrañaba esos labios. Extrañaba que las manos de Jennie la aguantaran por la cintura. Extrañaba que poco a poco los besos se volvieran más ruidosos. Y ella mentiría si dijera que aquello no la había puesto caliente.

Solo Imagínense. Casa nueva, sin estrenar. A Lisa le daba un poco de morbo el hecho de que iban a cojer por primera vez en su nueva casa y lo mejor iban a cojer después de tantos meses. Jennie toda su vida había sido una experta en quitar el sostén, Lisa no sabía aún porqué esto la sorprendía. En cuestiones de segundos solo quedaba la ropa interior de Lisa mientras Jennie en un baile sexy se quitaba la ropa lentamente. El mejor baile sensual que Lisa jamás recibió.

-Joder, te extrañaba tanto, Jen.-Lisa no podía casi hablar. Su mente se encontraba perdida en la cintura de Jennie que se movía de forma provocativa.

Lisa trató de ayudar a quitar la ropa del cuerpo de su novia pero esta no la dejó. No estaba en los planes de Jennie,ser dominada hoy. Con una mano empujó a Lisa hasta hacerla acostarse de nuevo en el sofá. Lisa no tuvo más remedio que observar como aquel cuerpo esculpido por los Ángeles se quitaba la ropa de forma lenta y tortuosa.

Una vez que la ropa no estorbaba, Jennie se agachó en frente de la entrepierna de Lisa, pasó la lengua por encima de la feminidad de Lisa y cuando la oyó suspirar, se levantó le extendió la mano y le dijo.

-Subamos, he preparado el cuarto para la ocasión.

Lisa se sentía impaciente y excitada. Ella sabía que en cuestión de detalles, Jennie era mejor que ella y esta vez no sería la excepción. El cuarto tenía globos adornando, incienso aromatizando el ambiente y por si fuera poco un cartel que decía "Bienvenida, princesa, al resto de nuestra vida"

-¿Seguimos?- preguntó Jennie

Lisa solo asintió con la cabeza. Jennie la besó mientras la dirigía a la cama. Lisa quedó debajo, siendo besada salvajemente mientras una mano suave y gentil tocaba su pecho. Los gemidos pequeños de Lisa pronto inundaron la habitación. Jennie sonreía mientras su mano bajaba poco a poco hasta llegar a la entrada de Lisa. Metió un dedo y empezó a embestir suave. Para su sorpresa, no estaba tan apretada como ella creía pero decidió ignorar eso y continuar con otro dedo. Jennie sabía que la cantidad justa de dedos que Lisa podía soportar eran dos. Si introdujera otro, igual produciría placer incluso Lisa terminaría más rápido pero tendría sus consecuencias. Por alguna razón cada vez que hacían el amor con tres dedos Lisa terminaba herida.

Lisa gimió como nunca, solo Jennie sabía cuan cerca estaba su Punto G y lo peor de todo es que le encantaba jugar con ese punto de placer. Tanto que penetraba con los dedos una vez y en la próxima tocaba el punto. Los gemidos de Lisa no pasaban desapercibidos. Ella a veces gritaba. Era demasiado placer para un solo cuerpo. Y lo mejor solo estaba por llegar.

Jennie era una experta haciendo orales. Pregúntenle a Lisa cuanto duraba cada vez que su novia pasaba su lengua por la cueva de las maravillas. Lisa tuvo que tragar en seco cuando sintió aquella lengua fría y mojada por su entrada. Lo que hacía especial los orales de Jennie era la velocidad y consistencia con la que movía su lengua. Iba desde arriba en el clítoris hasta el orificio de abajo. Pero todo eso, a una velocidad increíble, la pobre de Lisa solo tenía tiempo de virar sus ojos en blanco y gemir como nunca mientras empujaba la cabeza de su novia más adentro.

Se que es una imagen un poco sucia, pero cuando Jennie le hacía el amor a Lisa no había espacio para el romanticismo o la delicadeza. Era todo placer y cochinadas. Cochinadas que a Lisa no le molestaban, de hecho, le encantaban.

El único punto en contra es que, Lisa no tenía la resistencia para soportar más de 4 minutos con Jennie comiéndole su parte íntima. Era demasiado. Y cada vez que sus paredes vaginales se contarían, y esa sensación recorría cada centímetro de su cuerpo solo se dejaba caer y sentía como Jennie sonreía mientras su orgasmo llegaba y la dejaba en la cumbre del cielo.

-¡Joder!- Jennie no era de las que decían malas palabras, pero su novia estaba teniendo un orgasmo y tocaban la puerta.
"¿Es que no se puede mamar tranquila?"
Pensó Jennie mientras dejaba a Lisa con los espasmos y bajaba a atender. Se puso una blusa y bajó.

Lisa se recuperaba poco a poco, pero la imagen de haber tenido sexo con Rosé le vino a la mente y empezó a sentirse mal. Corrió para hablar de eso con Jennie. Bajo las escaleras y vio como su novia era esposada por la policía.

-Señorita Jennie Kim, usted esta presa bajo los cargos de proxeneta y prostitución y se le acusa de culpabilidad en la muerte de la señorita Hwang Yeji. Tiene derecho a un abogado. Todo lo que diga será usado en su contra.

-¿Jennie? - Lisa sintió como su corazón dejó de latir por unos segundo

Hola!! Solo quería agradecer los 100 views.

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