Prólogo

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El silencio cubría por completo el vacío y solitario palacio del emperador, todas las personas que alguna vez habían servido, trabajado y vivido en ese lugar escaparon sin mirar atrás con la esperanza de mantener al menos sus vidas, robando en el proceso algunas cosas de valor para obtener un escape más seguro. La guerra entre los clanes Jin y la familia imperial Lan había terminado en una inevitable derrota para la sangre real, los actos de su actual rey eran imperdonables así que muy pocos se atrevían a arriesgar su vida por una persona así o al menos eso era lo que más se había rumoreado durante todos esos días.

SiZhui era el emperador más joven que había tenido la dinastía Lan, pero a pesar de ser joven era un talento innato para el puesto que tenía, contaba con sabiduría, carisma, poder, bondad, agilidad y fuerza, pero también era una persona muy difícil de complacer, al principio de su gobierno mantuvo a su gente como su primera prioridad, todos estaban agradecidos por su actitud amable, pero años después su meta fue cambiando y con ello la actitud que tenía con su pueblo, tal vez esa actitud fue lo que lo llevó a esa situación, tal vez unificar a todos los reinos era algo imposible y este resultado era inevitable o la gente simplemente se negaba a cambiar en algunos aspectos, el chico no lo sabía con certeza, pero estaba seguro de que cuando sus enemigos cruzaran aquella puerta lo descubriría y así fue. Las grandes puertas del gran salón fueron abiertas de par en par mostrando a cuatro personas que por sus vestimentas solo pudo reconocer a dos como gente de LanLing y QiShan los cuales eran generales de gran nivel que en su tiempo fueron personas que el emperador SiZhui admiro por sus hazañas.

—Generales —habló con firmeza SiZhui —¿Podría saber por qué hicieron estos actos tan atroces contra su rey?

—¡¿Cómo te atreves a preguntar aquello?! —gritó con furia el general de QiShan, un hombre de mayor edad que aún mantenía su presencia imponente y poderosa que en esos momentos mostraba todo el odio que contenía —. ¡Arruinaste nuestros reinos, mataste a inocentes y te atreves a hablarnos como un santo...!

SiZhui no comprendió sus palabras hasta que una de las otras dos personas se quitó por fin la capucha que le cubría el rostro, un leve mareo llego de lleno en el rey que hizo todo lo posible para ocultarlo tras una mueca que pretendía ser una sonrisa sin ganas mientras sus manos se aferraban con fuerza a los brazos de su trono esforzándose por no mostrar ningún sentimiento que lo mostrara débil, frente a él, entre los dos guerreros se encontraba ZhangLi su primer y única consorte a la cual había amado y adorado con todo su corazón, la misma que pensó había desaparecido meses atrás y que ahora estaba frente a él dispuesta a traicionarlo sin una pizca de duda. Los sentimientos encontrados hicieron que mantuviera su mirada en ella antes de soltar un largo y cansado suspiro permitiendo que su cuerpo se relajara y dejara que su peso cayera sobre el respaldo de su trono, sabía que había sido traicionado por alguien cercano, pero nunca se imaginó que la que tendría el cuchillo en su garganta sería esa joven que siempre bailaba para alegrarlo.

—Así serán las cosas... —observa a los tres con desdén —. La consorte ZhangLi y los héroes de QiShan y LanLing tomarán la cabeza del Emperador Lan que solo ha mantenido a sus reinos en prosperidad, qué lamentables son...

—¡Ja! —soltó la joven cruzándose de brazos —. Un emperador que mató de hambre a su gente no puede ser digno de tal título, usted ha sido un pésimo gobernante y un mal amante Emperador SiZhui.

—¡Qué pretenciosa! —gritó indignado mientras la veía con desprecio, el amor que alguna vez tuvo por ella se estaba esfumando con todo lo que estaba pasando mientras cerraba todos los cabos sueltos y notaba su único error —. Eres un sirviente mal agradecido...

—Tus palabras solo son una molestia emperador —intervino el general de LanLing —. Hoy asesinaremos a los traidores del pueblo.

SiZhui había esperado bastante para escuchar aquella declaración por lo que no estaba sorprendido de ello hasta que la palabra "traidores" se repitió en su cabeza, busco una respuesta en esos tres siendo ZhangLi la que le respondiera con una sonrisa mientras revelaba la identidad de la cuarta persona, SiZhui por primera vez en el día pudo sentir un escalofrío recorrer su cuerpo que temblaba de miedo e ira mientras aquella persona era lanzada al frente de los tres y caía de rodillas frente a él, la costosa y suave seda con la que había sido vestido con anterioridad para que su piel pálida luciera ahora solo eran trapos sucios y de baja calidad, sus pies estaban descalzos, enrojecidos y posiblemente sangraban por el mal trato que había recibido, pero lo peor de todo era su rostro que había sido abofeteado fuertemente por ZhangLi en incontables ocasiones desde que fue atrapado, pero pese a ese trato el joven observaba a SiZhui con una calma bastante sorprendente que en lugar de tranquilizar al emperador le hizo perder los estribos sacando su espada, poniéndose de pie mientras el pensamiento de atacarlos se mantenia en sus pensamientos, aunque se vio obligado a retener sus impulsos cuando aquella mujer tomó al joven por los cabellos y colocó una daga cerca de su garganta amenazando con la vida de la única persona que fue completamente leal a SiZhui y a la única en la que podía pensar en esos momentos en mantener a salvo.

El secreto en las Camelias [ZhuiLing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora