Mi enfermizo sentimiento

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Mi enfermizo sentimiento  

Liam

No sé cómo, cuándo o qué me llevó a estar en esta posición, desear a los 3 hombres más importantes de mi vida de manera que no debería.

Mi padre – Brent Stuart – Es la clara definición de rectitud; es serio, directo y poco expresivo, sin embargo, es débil cuando está a mi lado

Mi otro padre, mi tío, uno de los mejores amigos de Brent – Alejandro Grey – Es divertido, juguetón y gracioso. No creo que pueda tomarse nada enserio.

Mi otro tío – Gary Collins – Es incondicionalmente dulce, cariñoso y a quien siempre acudo por cualquier problema.

Yo debería admirarlos y respetarlos, no desear que me follen en la mesa del comedor con todas sus fuerzas. No considerarlos MÍOS y sentir celos de cualquier persona que este cerca de ellos.

— ¿Me recuerdas cuando es la carrera? - A Brent era el único que llamaba padre

— El próximo domingo papá - Me emocionaba y encantaba la forma poco natural en la que ellos me dan su atención - Es mi turno de encargarme de los platos - Anuncio cuando hemos terminado el desayuno

Me encargo de recoger los platos sucios y llevarlos a la cocina para lavarlos antes de irme a la universidad.

— Nos vemos pronto – Alejandro me toma de la cintura acorralándome con sus brazos – Bueno realmente mañana - Odiaba cuando eso pasaba, me zafo del agarre continuando con mi tarea – No te pongas así

Me vuelve a tomar pegando completamente su pecho a mi espalda

— Espero disfrutes con la tipa que te vayas a enrollar hoy – Su rostro se deposita cerca de mi cuello depositando un suave y sonoro beso

— Es una cena de negocios - Mentía, lo reconocía a simple vista en especial porque no estaba su sonrisa característica en el rostro

— Y el negocio es ¿Rubia? O ¿Castaña? - El deja una senda de besos por mi cuello hasta dar con mi oreja

Me volvía débil cuando me susurraba, su rostro tan cerca y su barba dándome comezón agradable

— Rubia – Admite al fin, los celos eran algo que no podía evitar, pero a su vez entendía que ellos tenían necesidades físicas que saciar y que, aunque yo quisiera no podía satisfacer

— ¿Estas molesto? - Era difícil enjugar los trastes con su respiración tan cerca, su cuerpo pegado al mío y mi amigo allá abajo comenzando a despertar.

Para nosotros estos acercamiento eran normales, comunes y parte de nuestra rutina...

— Si, no tienes por qué mentir para ir a follar con el primer par de siliconas que encuentras – No podía evitar lanzar veneno hacia cualquiera que se les acercaba

— Te lo compensaré - Me trato de zafar de su agarre, pero es inútil

— No tienes que hacerlo

— Pero quiero hacerlo – Su rostro se acerca cada vez para finalmente dejar un beso húmedo sobre mi mejilla – Nos vemos rojo

Rojo es la forma en la que el me llama, cuando usa ese apodo no hay nada que pueda negarle

— Cuídate – Me despido al fin

Esto a es a lo que me refiero, no es normal ese tipo de contacto, pero me encanta. Ningún hombre de 18 recibe o da besos sus padres cerca de sus labios, se sientan en sus piernas o tratan de rozar su culo con los miembros de sus respectivos padres

Quizás si yo fuera mujer sería más explicable los mimos, pero soy hombre y me encanta serlo como me encanta que midiendo 1,78 metros soy más bajo que ellos

Termino mi tarea, se me hace tarde para irme a la universidad. Recojo las cosas para finalmente despedirme de mis otros dos padres que aún están en casa, eso se convirtió en una regla general.

Brent debe estar en su cuarto, así que me dirijo allá y entro sin tocar. El luce una simple toalla anudada a su cintura permitiéndome ver su abdomen trabajado y grandes pectorales – De los tres él es el que más se ejercita

— Me voy, recuerda que hoy tengo clases hasta tarde – Anuncio, me acerco dejando un beso cerca de la comisura de sus labios

— ¿Quieres que te recoja? - Nunca desee tanto algo como que se esa toalla callara en este preciso momento, en especial porque el bulto que se marcaba me hacía saber que no llevaba ropa interior

— No, voy en motocicleta

— Me cuesta creer que Alejandro me convenciera de darte una motocicleta por tu cumpleaños número 18

— Adiós papá - Me despido antes de iniciar una tonta discusión

Es difícil salir de esta habitación, pero lo hago si no quiero llegar tarde

Mi tío aún está en la mesa del comedor, lo rodeo por el cuello dejando un beso de igual manera cerca de su comisura

— ¿Trabajo en casa?

— Así es, hoy me quedaré solo

— Pobrecito – dejo otro beso cerca de sus labios antes despedirme

En una escala de 1 al 10 esta situación es un 100 de lo jodida que está. Me coloco el casco y enciendo la motocicleta, aunque a Brent y Gary no les agrade era la opción más práctica.

Vivimos bastante alejados, una pequeña mansión a las afueras de la cuidad alejada de todo, me costaba bástate desplazarme y siempre tenía que depender de ellos para hacerlo.

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Volvemos nuevamente a la vida de la "Familia" Stuart 

Espero le den nuevamente una oportunidad a Liam y sus padres

Nos leemos   

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