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Los bebés se fueron durmiendo en diferentes horarios en la madrugada pues habían decidido que el cambio de temperatura era una variante propensa a descompensar el equilibrio que habían llevado por casi dos meses, así que en sus cunas sincronizaban esos bonitos suspiros agotados por tanto gatear y lloriquear. Jeno los observaba con una mueca amorosa y cansada, fue el que se mantuvo de pie hasta las cuatro de la mañana soportando el chillido agudo de un juguete de goma que Heeseung mantenía preso entre sus cortitos dientes, se dijo a sí mismo que era igual que Renjun. Pero ignoró la comparación del juguete con su aparato reproductor por razones que le dolían.

Fue dejando besitos en las mejillas gélidas de cada uno, priorizando arropar sus cuerpecitos. Encendió una lámpara de suave luz amarillenta para dar algo de luminosidad a esa habitación, estaba seguro que dentro de pocas horas tendría que acudir otra vez por alguno de ellos.

Realmente no quería llegar a su habitación, Renjun le estaría esperando para llevar a cabo su mítica reconciliación. Asume que fue el primero en aplicar la ley de hielo, se molestó con su pareja e ignoró sus disculpas, quiso solucionar las cosas cuando todo estaba ya en la mismísima mierda y colocar a sus hijos de por medio fue lo peor que pudo hacer.

Una vez llegó, Renjun se acomodó y apagó la luz de su lado, esperando a que el vampiro le imitara.

—¿Puedo hablar primero? —Cuestionó despacio, metiéndose en el edredón despacio. Renjun asintió con un mohín y acto seguido dio paso a la oscuridad tras apagar su lámpara, tuvo que darse valor y algo de ánimos con un suspiro que le costó sacar, bastante abrumado por todo—. Estoy bastante asustado desde que tu problema de colmillos comenzó, desde el día que te dije que había investigado sobre ellos descubrí que los Omegas los desarrollan cuando carecen de pareja para cuidar a sus crías o cuando, en caso de contar con una, no se sienten lo suficientemente protegidos... Cuando tienen miedo por una crianza solitaria o cuando... no se sienten amados y temen una agresión de parte de su pareja...

>> Desde entonces he reducido mi trabajo... Puse muchas excusas diciendo que mis cachorros estaban enfermos y que debía ayudarte, fue la única manera de conseguir un horario más reducido. —Tomó aire, sentía que el morocho le estaba clavando la mirada, preparando su respuesta.— Sabes que soy un cobarde en las relaciones sexuales, que me esfuerzo en complacerte y aunque me de vergüenza, te trato como te gusta. He hecho todo para que tu problema de colmillos mejore, te he ofrecido mi cuerpo pues es lo que me pediste... pero el día de la oficina... fue un tope muy doloroso. No te digo que no puedas seguir mordiéndome, me gusta que lo hagas, pero hay... lugares en los que sí puedes. —Le escuchó reírse despacio, advertía su risa suelta en un momento serio— Lamentó mucho no aceptar tus disculpas, estaba molesto y herido.

Hubo un silencio, siempre los había. Un millón de palabras se acomodaban despacio en la cabeza de cada uno, la nueva información dada, la anterior, las confesiones y reclamos, las disculpas y quejas, todo estaba siempre acumulado y sin tanto tiempo sin hablar, las cosas salían a flote únicamente para recordarles que su relación se basaba en eso. En charlas, en besos, en discusiones cortas, en sexo, en risas, algunos celos, en las miradas, en las palabras de amor, los apodos, y en sus tres vampiritos.

Renjun entendía que era su turno, habían dejado un incómodo silencio entre ambos y le tocaba a él responder.

—Sabía que habías buscado información, yo también lo hice. Tenía miedo de que dieras con esas respuestas porque conozco todo de ti y te caracterizas por atormentarte a solas. Me siento muy seguro contigo, eres mi alma gemela en todas las vidas que coincidamos, pero no puedo negar que mi problema comenzó cuando te distanciaste por tu trabajo. No sabía que eso podía pasar, simplemente me sentí solo... y quise compartir contigo un poco más, te quería tener aquí... pasamos mucho tiempo haciéndonos cargo de los niños pero no es la compañía que necesitaba.

—Algunas lágrimas dibujaron caminos húmedos y salados por las mejillas del Omega, sorbiendo su nariz atrapó las gotitas saladas con la yema de sus dedos y sonrió suavemente al verse como un sentimental.

— Y sí, a lo mejor hacer el amor mejorase la situación, pero todo hubiese acabado allí si tan solo recordases que sigo siendo tu esposo y no sólo el padre de tus hijos... Fueron un par de veces pero después de terminar me volvías a ver como si mi única función fue la de dar a luz.

No sabes lo mucho que amo que te dediques a los cachorros con amor, pero hubieron veces en las que temí desconocer algo de tu naturaleza. Pensé que, con la llegada de los niños, tu prioridad fuese solo ellos y que yo dejaría de serlo.

Una vez más el silencio inundó sus cabezas.Jeno tenía mucho que decir aún, Renjun también.

—¿Te hice sentir así? —Fue la primera pregunta de Jeno— Y-Yo...

—Lo siento mucho... —Murmuró el Omega y el dolor desgarrador de su corazón se trasladó al instante a su Alfa a través de la marca.

—Fue mi error, Renjun. —Le llamó usando ese timbre de voz lúgubre, la entonación dura que suele usar en temas que requieren seriedad.— Antes y durante el embarazo te dediqué una atención diferente a la de estos meses y ahora que lo dices, lo hice inconscientemente. Mi trato hacia ti nunca debió cambiar, mi deber como tu Alfa es estar aquí para protegerte, cuidarte y amarte.

Los sollozos del menor estaban haciendo eco en su corazón, sabía que llegaría ese momento crítico en el que rompería la distancia y se lanzaría a sus brazos y él no negaría nada.

—Nonoo... —Susurró juntando fuerzas— No sirve de nada proclamarte culpable, solo quiero que vuelvas conmigo... que estés aquí, cuidándome y amándome, que no te centres solo en cuidar a los cachorros y mantenerte alejado. Quiero que me hagas el amor y me dejes morderte, que me muerdas tantas veces como quieras y que me demuestres que, siendo el Alfa más vergonzoso y tímido de todos, puedas hacerme llorar de placer.

—¿Esa es la solución? —Preguntó quedito y con un sonidito afirmativo Renjun terminó de secar sus lágrimas— A tu solución le añadiría algo de amor dulce, no me gusta verte llorar.

—¿Podría ser sexo suave?

—¡Me refería a mimos y besitos!

—¿Y cuándo revivimos al titán?

—Te castigaré-

—¿Con nalgadas?

—Con abstinencia, bebito.













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Una disculpa pública, la vdd ya me ha dado pereza abrir el wattpad 😿

"𝐁𝐔𝐍𝐍𝐘 𝐁𝐈𝐈𝐓𝐄𝐒𝐒" I 𝐍𝐎𝐑𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora