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El plan de Renjun para aminorar el impacto de la traición que los cachorros recibían cada vez que eran dejados en la guardería comenzaba a dar sus frutos. La idea principal se basaba en llevarlos por separado. A primera hora HeeSeung entraba en su sala con una monitora y Renjun, quien jugaba un poco con él para darle una última vez de comer, debían pasar unos cuantos minutos para que el cachorro ignorase por completo a su padre. Como los trillizos seguían la misma lógica, al cabo de un rato dejaban de prestarle atención al Omega y no sufrían su partida cuando le veían salir por la puerta principal.

Renjun estaba decepcionado pero aliviado.

Sus hijos lo veían como si fuese solo alimento.

—Ya no quiero traerlos a la guardería... —Murmuró abrazándose al Alfa desde abajo, miedoso por alzar la mirada y encontrarse con los ojos de su pareja preocupados— Me quita un peso de encima que no lloren por mi, pero es feo que no me quieran ni un poquito...

—Ellos te aman, Junnie. Eres su padre-

—Quieren la leche que les doy porque odian las papillas de verduras...

El vampiro no podía refutarlo, los pequeños no se esforzaban mucho en darle esperanzas al Omega, ninguno de ellos guardaba algo de aprecio por él sino fuese por la lactancia, al finalizar el día se volvían toscos e indiferentes.

—No será así para siempre, ahora solo tienen once meses y lo que más les preocupa es llenar su estómago y jugar entre ellos, puede que no te quieran como su padre pero aprecian tu presencia y cariño, se sienten bien cuando estás presente y, aunque no lo demuestren, les haces falta cuando no estás. Te extrañan y te celan, simplemente son muy pequeños como para expresarlo...

—Tal vez tengas razón pero no puedo dejarlo pasar sin que me afecte... —Escondió su rostro en el cuello del vampiro alzándose de puntitas, sintió como el Alfa ajustaba su agarre para que no cayese— ¿Quieres... —Tomó aire jugueteando con los mechones rizados que le caían detrás de la nuca y alzó un puchero— ¿Quieres tener más cachorros después?

Le escuchó reír nervioso.

—¿Quieres ver si los siguientes les ganan a mis genes vampíricos y salen más humanos que chupasangre? —Renjun asintió en un sonidito caprichoso— Dudo que algo así se dé, pero si quieres podríamos intentarlo... —Acarició su espalda y finalmente le hizo enrollar sus piernas en su cintura para cargarlo— Es tarde ya... ¿quieres algo de comer antes de dormir?

No escuchó ninguna afirmación y tampoco alguna negación de parte de su pareja, tal vez estaba pensando aún en eso de tener más cachorros cuando Jeno lo dejó en la encimera de la cocina con sus labios carmines fruncidos en un mohín, no le gustaba del todo ser llevado de un lado a otro de esa manera pero a Jeno parecía gustarle mucho tenerle en sus brazos.

Le vio elegir entre diferentes tipos de fideos instantáneos y por breves segundos vio los biberones jamás usados por sus crías, habían comprado decenas de ellos cuando les dieron la noticia de los trillizos imaginando ingenuamente que los bebés tomarían la leche desde allí.

Bajó la mirada a sus rodillas pero los pequeños bultitos que tenía como pechos interrumpieron sus pensamientos, de la nada quería suprimir la sensación de desamor de sus hijos por un poco de amor íntimo de parte de su esposo.

"𝐁𝐔𝐍𝐍𝐘 𝐁𝐈𝐈𝐓𝐄𝐒𝐒" I 𝐍𝐎𝐑𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora