Un día como cualquier otro, pensé que no pasaría nada interesante, que iba a ser como los de siempre, pero en ese mismo día... mi vida cambiaría para siempre... para tomar un camino en la oscuridad, donde alguna vez quería salir.
¿Quieren saber qué...
Ya habíamos entrado a las Tumbas y la verdad, habían más trampas de las que habían dicho los Guardianes que capturaron e interrogaron, tantos que en una casi me caigo de no haber sido por Najasho.
Zack: *se da cuenta de la trampa* Mier-
Najasho: *lo agarra antes de caer* Ten más cuidado tonto, para ser nuestro líder eres bastante descuidado.
Zack: *rascándose la nuca* Gracias y lo siento.
En eso decidí mirar a los demás, como esquivaban las diversas trampas que habían.
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Akame: Han puesto más trampas además de las que decía la información que obtuvimos...
Poney: *saltando una trampa* ¡Aja! ¡no importa, es divertido!
Gozuki: Vaya, ¿eso también te parece divertido?
Dijo mientras veía a unos escorpiones gigantes, que yo al verlos me aterro el ver sus pinzas y aguja de un tamaño anormal.
Zack: ¡¿Pero que mier-
Poney: ¡Gya! ¡que asco!
Najasho: *saca su Shingu* Retrocede, pequeña.
Y de un corte, rebanó a los escorpiones en pedazos, mientras yo aún me sorprendía ver la forma de pelear de Najasho. Pero en la pared, había un enemigo que se camuflaba bien con el lugar, parecía una especie de hombre sapo, ya que su lengua era larga.
Hombre sapo: (Que ingenuos son estos intrusos. Los haré desaparecer uno a uno. ¡Comete esto! ¡pistola de lengua!)
Pero alguien detuvo su lengua con una soga o más bien... una Shingu.
Green: Supuse que definitivamente había alguien camuflado... yo soy el encargado de vigilar eso.
Zack: ¿Sabes que, Hombre sapo?... no debiste ser lo que eres ahora.
Y Tsukushi lo remataria con su pistola, con un balazo en el cráneo.
Zack: *sonríe inocentemente* A mimir jijiji.
Gozuki: Una cálida bienvenida tras otra... no se distraigan.
De pronto la tierra empezaría a temblar, como si se tratara de un terremoto, pero yo sabía lo que significaba... y no era bueno.
