Capítulo diecinueve

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Me rodeó con sus brazos y me atrajo hacia él, y fue tan perfecto que no pude respirar. Me quedé paralizado, deseando mucho más, pero temiendo que un movimiento en falso me despertara. Todo era un sueño, tenía que serlo, porque ya no recibía este tipo de afecto, no así. Papá apretó sus brazos y mi determinación se derrumbó, así que me fundí con él, mi cabeza encajando perfectamente en la curva de su cuello. Sentí su calor mientras me daba un suave beso en el pelo; mi corazón se detuvo, pero mis lágrimas no.

Sabía que esto no era real. Es decir, lo era, pero no lo era. Era papá haciendo lo que hacía papá. Consolándome, estando ahí para mí, lo cual era una de las diez millones de razones por las que lo amaba. Me dije a mí mismo que me quedara donde estaba, que aceptara lo que estaba recibiendo, pero quería mucho más.

Me moví ligeramente y los brazos de papá se aflojaron a mi alrededor lo suficiente como para que pudiera girarme hacia él. Tenía la vista nublada por las lágrimas, pero me quedé mirando sus preciosos ojos profundos como el océano, tan cerca, tratando de encontrar alguna manera de hacer que este momento durara para siempre. Sus manos se movieron a mi alrededor y estuve seguro de que todo había terminado. Esperé una palmadita paternal en la espalda mientras me separaba de él, pero nunca llegó.

Sus brazos desaparecieron de mi alrededor, pero no se apartó. Lentamente, me llevó las manos a la cara y sus pulgares me quitaron las lágrimas. Estaba tan cerca que su olor me envolvió, con rastros de la fragancia de su colonia y un ligero toque de coco de la crema hidratante facial que juraba no usar.

Sus palmas se posaron suavemente en mi cara y sus ojos se clavaron en los míos con tal intensidad que no podía respirar, ni siquiera podía parpadear. Me dije a mí mismo que no lo era, sabía que nunca podría serlo... pero esto se sentía como algo más... algo más que un padre consolando a su hijo, secando sus lágrimas.

Se sentía como todo lo que siempre quise.

Papá me sostuvo la mirada durante una eternidad. Mis lágrimas disminuyeron - probablemente estaban tan aturdidas como yo- pero no se detuvieron por completo. Gotas errantes seguían cayendo de mis ojos, acumulándose en las manos de papá.

Los latidos de mi corazón eran erráticos mientras su aliento me recorría, sus ojos escudriñaban los míos como si pudiera encontrar el sentido de la vida dentro de sus pálidas profundidades grises, hasta que el rostro de papá se suavizó de repente, casi imperceptiblemente. Llevaba la mirada de un hombre que no tiene nada que perder y el mundo entero que ganar mientras cerraba los últimos centímetros de espacio entre nosotros y rozaba su boca con la mía.

Mi pulso se disparó como un gato tras un conejo, golpeando salvajemente en mi pecho, y mi cerebro era un televisor con un niño pequeño aburrido sosteniendo el mando a distancia, pasando por los canales en mi mente, mostrando programas como '¿Qué está pasando?' y 'Oh Dios mío, mi padre me está besando' y ese viejo clásico, 'En serio, ¡¿qué carajo está pasando ahora mismo?!' Entonces papá acercó su boca a la mía y todo se convirtió en estática, en ruido blanco, y lo único en lo que podía concentrarme era en cómo sus labios eran exactamente tan suaves como había imaginado que serían. No quería perderme ni un momento de lo mejor que me había pasado en la vida, pero mis ojos se cerraron mientras me fundía en su suavidad. No sabía cómo o por qué o qué acto desinteresado había hecho en una vida pasada para merecer que los labios de mi padre se movieran tan perfectamente contra los míos, pero eso parecía un problema a resolver en mi próxima vida.

Demasiado pronto, papá se apartó y yo no pude hacer otra cosa que mirarlo atónito. Busqué en sus ojos una señal de que todo esto era una broma o una nueva y extraña técnica de paternidad que había aprendido en YouTube, pero todo lo que vi mientras miraba fijamente las increíbles profundidades de sus ojos verde mar fue amor.

Call me baby|| ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora