Capítulo veintidós

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Diez meses después

—¿Sigues deprimido?

Me tiré en el sofá. De hecho, seguía deprimido, pero de ninguna manera iba a admitirlo ante Junmyeon.

—Noup —dije, haciendo saltar la P, que era mi forma favorita de decir no y joder al mismo tiempo.

Junmyeon sonrió. —Okey. —Puso los ojos en blanco y me hizo un pulgar hacia arriba como si fuera un gif de Jennifer Lawrence.

—Cómete una bolsa colosal de vergas, cariño. —Le dediqué mi sonrisa más dulce, pero él se limitó a reírse y se dirigió a la cocina.

Apoyé la cabeza en el respaldo del sofá y suspiré de una manera absolutamente no melancólica, cuando sentí unas manos familiares sobre mis hombros. No me molesté en abrir los ojos, simplemente me fundí en el tacto.

—Hola, papá.

Sus dedos subieron por mi cuello, sus pulgares presionando mi nuca, y sentí que mis preocupaciones se desvanecían... bueno, al menos se desvanecían un poco.

Finalmente abrí los ojos y me encontré con mi imagen favorita del mundo: La sonrisa de papá.

—Hola, chico.

Levanté la cabeza y la incliné hacia él, poniéndole mi mejor cara de tienes-que- besuquearme. Se rió y se puso a mi altura, con su boca cálida, su lengua tocando suavemente la mía, dejando un leve sabor a café mientras mis latidos se aceleraban. Había pasado casi un año y besar a este hombre todavía me dejaba sin aliento. Cada día me enamoraba más de él.

Pasé mi mano por su cabello, acercándolo más mientras profundizaba el beso, aún sin acostumbrarme a la sensación que me recorría cada vez que tenía mis labios sobre los suyos -la sensación de que todo esto era un sueño- cuando una garganta se aclaró.

Papá y yo nos separamos para encontrar a Junmyeon chupando un Rocket Pop, con una ceja levantada.

Puse los ojos en blanco. —¿Podemos ayudarte?

Asintió rápidamente. —Sí, pueden hacerme el relleno cremoso de ese sándwich sexy de padre e hijo.

Papá se rió y yo entrecerré los ojos. Esto estaba lejos de ser la primera vez que Junmyeon había sugerido un trío, pero incluso la sola idea me hizo afilar mis garras.

—Sigue soñando.

—Oh, lo haré. —Me guiñó un ojo—. Todas las noches.

Le eché una mirada y él soltó una risita, pasando a preguntarle a papá por su día.

Sabía que Junmyeon nunca se interpondría entre papá y yo -bueno, probablemente cambiaría un miembro por interponerse entre nosotros-, pero siempre había disfrutado atormentándome con respecto a papá, y eso no cesó aquel fatídico día de septiembre. Había perdido la noción del tiempo y había olvidado que Junmyeon iba a venir cuando nos encontró en mi posición favorita, con los labios de papá en mi cuello y su mano alrededor de mi pene. Al descubrirlo, Junmyeon gritó, yo empecé a farfullar que no era lo que parecía y papá se puso de un color verde poco natural.

Junmyeon estaba indignado, por decirlo suavemente. —¡Lo sabía! —Se dirigió hacia mí—. Sabía que te estaban empalmando con regularidad. Has estado demasiado feliz últimamente. —Hubiera esperado disgusto, pero no sabía cómo procesar el dolor en su rostro—. ¿Cómo pudiste no decírmelo?

Papá me había mirado con cautela, pero negué con la cabeza, apartando a Junmyeon para una charla más privada. Y, después de que me había ajustado a la conmoción de ser descubierto y que Junmyeon jurara guardar el secreto, fue una especie de alivio que él supiera. Él era infinitamente relajado al respecto, lo que no me sorprendió exactamente en absoluto, ya que era el Sr. Sex Positive-LoveIsLove, y era agradable ser capaz de tener una conversación sin vigilancia sobre mi relación. No cambiaría lo que tenía con papá por nada del mundo, pero de vez en cuando, el secreto era abrumador.

Call me baby|| ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora