Danna:
¿Recuerdan que hace no mucho dije que el clima de este lugar era algo inexplicable como yo?
Bueno, hoy lo seguimos confirmando.
¿Seguimos?
No te hagas al loca, se que tuviste que ver con ese "seguimos".
No te hagas la víctima.
Cómo sea. El punto es que apenas el novato y yo llegamos a la moto, el cielo empezó a oscurecerse tenazmente.
Señal de alarma número 1.
—Tal vez deba irme por mi cuenta, no sé si sea bueno que me lleves, con esto –le dije a Alex, señalando el cielo.
—Ni lo pienses, con más razón tengo que –me respondió– además sé de algunas personas que me matarían si te dejara aquí.
Él me ofreció un casco y me lo puse. Alex me imitó, vi sus ojos verdes desaparecer tras su casco y nos montamos en la moto.
—Creo que me doy una idea –respondí.
Lo sujete y... ¿Desde cuando su abdomen es firme y tan...? Casi me dieron ganas de seguir detallando, pero no seria buena idea a menos que quisiera parecer acosadora. En mi defensa su camiseta no dejaba mucho a la imaginación al tacto.
Le dije la dirección y nos dirigimos a mi casa. Durante el camino las suaves gotas de lluvia empezaron a caer, esta vez Dios se apiadó de mí y no pasó a mayores, por ahora.
Por ahora.
Justo cuando llegamos al frente de mi casa, lo que empezó como una simple lluvia se puso muy feo.
Y aquí es donde empiezo a cuestionar mi razonamiento. Y me imagino que dirán por qué.
Me bajé primero de la moto, cuando el clima y mi conciencia me jugaron en contra. No lo podía dejar allí con esa estupida lluvia.
—No es seguro que manejes con este clima –dije quitándome el casco– guarda la moto aquí y pasa.
Señal de alarma número 2.
No pude ver su expresión, solo miro a los lados y me siguió. Me encamine a la parte techada del estacionamiento, lo abrí para él y dejamos la moto allí. Una vez dentro cerré.
—Vives en una buena zona –dijo él, quitándose el casco, estaba igual de mojado que yo. Me vio de pies a cabeza y supuse que pensó lo mismo. Ahora ambos mojados y estaremos bajo el mismo techo durante sepa cuánto tiempo.
Estupida lluvia.
Bendita lluvia diría yo.
—Es linda –dije encaminándome a la puerta hacia las escaleras, el novato me siguió– tengo toallas y tal vez tenga un abrigo o algo para ti.
Entramos a mi departamento y nos encontramos a mi querida amiga Lily. Quien apenas nos vio puso una mueca asombrada.
—¡Dios mío! ¿Qué les pasó? –dijo acercándose.
—Lluvia –dije.
—Moto –dijo Alex.
Su mirada pasó muy rápido del uno al otro y no se porqué tenía cierta ¿ilusión?
—Ve a buscarle una toalla o algo mientras le busco ropa –hablé y me fui.
Entre a mi cuarto, me quite mi camisa mojada y me puse una sudadera. En mi closet busqué uno de los suéteres de mi hermano, de vez en cuando los usaba, pero creo que al novato le irá mejor esto que uno de las míos.
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Locura Perfecta
RandomUn estudiante que quiere convertirse en músico, y otra estudiante que quiere ser diseñadora, se conocen en un desafortunado giro de eventos. Descubrirán que, para bien o para mal, se vuelven locos el uno al otro, y deberán apoyarse, incluso después...