Trece

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Una semana más tarde, el clima es demasiado fresco, es reconfortante y puede que sentir la brisa chocando contra su rostro sea motivo suficiente para cerrar los párpados y querer dormir hasta que la jornada escolar haya terminado y entonces tengan que regresar a casa.

El ruido de un ajetreado día de escuela le es indiferente hasta casi rozar lo superfluo, hay gente estresada por los proyectos finales, por haber olvidado material o en su mayoría, por haber excedido el límite de inasistencias permitidas. De todos esos casos, ninguno es el de Louis y mucho menos el de Harry.

Porque desde que comenzaron a pasar su tiempo libre juntos, las tardes se han convertido en sesiones de estudio y besos cada que se puede, incluso de caricias que van más allá. Pero según palabras de Louis, es para motivar.

Motivar, por ejemplo, cuando Harry implementó el juego de quitarse prendas cada que alguno tuviera una respuesta correcta durante una trivia que él mismo inventó. Ver a Harry desnudo fue lo que hizo que Louis acertara en todas las preguntas que recibió.

Pero haberlo follado sobre la mesa en la casa de Harry, fue el bonus extra que necesitó. Tal vez por eso al siguiente día, hizo no uno, sino dos exámenes perfectos.

Pero en medio de toda esa algarabía, cuando Louis y Harry regresaron a la escuela, las miradas obvias les taladraron la nuca, porque era raro que luego del partido, el rizado corriera hacia él, al mismo tiempo y con la misma preocupación que su supuesta novia, pero más raro había sido que ambos se habían ausentado el mismo día, es decir, el posterior al del accidente.

Steven no había dicho mucho, porque en realidad, no había dicho nada, ni siquiera se había acercado y los murmullos decían encarecidamente que habían peleado y que una probable razón era la debilidad mental de Louis al pasar tiempo con el rizado.

Pero ahora mismo no le importaba mucho a Louis, porque aunque seguían actuando con cierta discreción en las inmediaciones de la preparatoria, tal vez actuaba un poco más relajado, justo como ahora, cuando ambos están acostados encima de una manta que Harry llevó, bajo la sombra de un fresno.

El mismo árbol donde antes Harry se sentaba a descansar. Su sombra compartida.

Louis vio de reojo cómo Harry entreabría los labios y soltaba un suspiro, sonrió con la sola imagen,  porque eso quería decir que se estaba quedando dormido.

El cabello de Harry es una de las cosas que más adora de él, porque es sedoso, se escurre entre sus dedos cuando lo acaricia, le enmarca el contorno de su rostro y es fácil de peinar, además que le encanta jalarlo cuando están haciendo el amor.

Todo lo mucho que ha descubierto que adora de Harry a veces le da miedo, porque es parte del amor, pero también puede formar parte del rompimiento.

Aunque...¿cómo romper si no han iniciado?

Esa pregunta lleva a una y ésta, lleva a otra, hasta terminar con una que incluye a cierta rubia.

¿Qué se suponía que pasaba entre Chloe y él?

Después de la noche fatídica donde creyó que su brazo quedaría imposibilitado de por vida, había recibido un mensaje de ella, enviándole buenos deseos para su pronta recuperación, pero después de eso, no había vuelto a saber de ella.

Ahora se sentía como un idiota y como un cobarde, porque es consciente de que ha estado evitándola y con ella, una posible charla incómoda acerca de cómo se precipitó durante el almuerzo que casi le cuesta a Harry.

Aunque tal vez, si no hubiera sido por eso, Louis no habría abierto los ojos y seguiría siendo el mismo hosco de siempre. No le habría permitido a su amígdala es derecho a la expresión.

Louis tiene miedo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora