Cinco

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Louis se mira una última vez al espejo, le gusta su atuendo, skinny jeans negros, vans blancas, camiseta blanca y chamarra de mezclilla. Su cabello está medio largo, así que hace lo que puede para que luzca bien.

Apaga la luz de su habitación antes de salir, le echa un vistazo, se ve pulcra, todo en orden, a pesar de que no es muy grande o con muchos muebles, pero le gusta, le gustan sus pósteres y el color azul.

Sale y mientras camina hacia la sala de estar,  ve fotos familiares sobre los muros.

Se encuentra con su mamá y Lua en la sala de estar, están viendo una película de Barbie, no recuerda el nombre, pero sabe que le gusta, es en donde sale ese animalito azul y rosa. Es un secreto con su mamá el que alguna vez lloró porque una compañera del preescolar lo tenía y él no.

"Voy a salir, pero no regresaré muy tarde, lo prometo", dice Louis, inclinándose sobre el sofá para besar la cabeza de Jane y despeinar el cabello de Lua.

"Nada de alcohol ni de drogas o querer ser un adulto sin protección", enuncia la mujer numerando con los dedos.

"¡Mamá!", grita Louis, sintiendo su cuello caliente, la aludida sonríe y abraza a Lua, quien parece ajena a la situación, viendo la tele fijamente.

El ojiazul agradece que ese día es el descanso de su mamá, se siente feliz al verla así, tranquila y cálida.

Sale de la casa y comienza a caminar hasta la parada del autobús, porque si intenta llegar caminando, lo hará cuando todo haya terminado.

Son treinta minutos, baja unas calles atrás, donde está la parada más cercana, camina entre calles para llegar a una casa grande, iluminada con luces estreboscópicas, sabe que llegó al lugar correcto porque desde la distancia se ven adolescentes desenfrenados, hay música sonando a todo volumen y mucho humo.

Cuando Louis entra, tiene que hacerlo empujando a chicos que comenzaron la fiesta muy temprano o que no toleran el alcohol, porque están demasiado borrachos y apenas son las 9pm, ¿no se supone que es muy pronto?

Busca a algún conocido con la mirada, algunas personas le sonríen, una chica se planta en su camino y pega su trasero a la entrepierna de Louis, se queda estático y se siente incómodo, así que se escabulle.

No ve a Zayn y tampoco a Steven o algún otro idiota, se encuentra con algunos estudiantes de la preparatoria, jugadores de soccer y los de rugby, pero nada más, los saluda y ellos devuelven el saludo, pero están demasiado ocupados como para estar interesados en perder el tiempo con él.

Va a la cocina y busca en el refrigerador una soda, se asegura de que esté sellada, porque sabe cómo funciona el mundo de los chicos y no quiere terminar drogado en alguna parte de la ciudad. Además, se lo prometió a su mamá.

La música es buena, pero el ambiente es muy caluroso y hay mucho exhibicionismo, chicas y chicos restregándose, personas desnudas del torso y...oh...ahí detrás de un mueble, se escuchan gemidos.

Bebe de su soda dietética y sale al jardín trasero, cierra la puerta tras de sí y se sienta en uno de los dos columpios disponibles, la noche es cálida, a pesar de que está muy próximo el otoño. Comienza a empujarse con la punta de los pies, le da otro trago a su refresco y se lame los labios.

Cierra los ojos y aprieta los párpados. Esa noche no está resultando ser encantadora.

El columpio se mueve, las cadenas del asiento a su lado se balancean, abre los ojos y ve a la persona que se sentó a su lado, una sonrisa traicionera asoma de sus labios. No sabe porqué sonríe, pero no puede evitarlo, simplemente se siente correcto.

"Hola", susurra Harry, luciendo otra vez el cabello trenzado en un costado de su cabeza.

"Harry...", es lo único que sale de los labios de Louis.

Louis tiene miedo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora