Siete

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Cuando el lunes llega y Louis está caminando hacia el salón de clases, siente un extraño nerviosismo recorrer su espina dorsal, los pasillos se ven igual, los adolescentes siguen siendo idiotas, las parejas pelean y él se ve genial, todos lo voltean a ver, pero no sabe si eso es normal.

Teme que se hayan enterado de alguna manera de que se acostó con Harry, porque no es eso lo que los demás esperan, todos estaban expectantes por su relación con Chloe, por sus buenas estrategias en el campo de fútbol y porque es jodidamente guapo.

Pero nadie dice o hace nada raro, nada comprometedor, así que sigue caminando y cree que todo está bien, que todo continúa igual, porque es el mantra que se ha impuesto desde que despertó esa misma mañana.

Y parece que el universo se empeña en llevarle la contraria, cuando aparece dentro de su campo de visión Styles, con el cabello hecho un rodete, una playera blanca holgada, skinny jeans negros y botas con tacón color café.

Louis traga saliva y siente que va a vomitar cuando Harry le sonríe y levanta una mano en señal de saludo, podría haberlo saludado devuelta, pero no cuando Steven está unos casilleros más alejado, viéndolos fijamente.

Harry sonríe más amplio y se recarga contra los casilleros laterales, Louis no sabe qué hacer, pero al final toma la decisión que él cree correcta, mira a Styles a los ojos, pero tan pronto como lo hace, desvía la mirada y sigue de largo.

Claro que no se siente la mejor persona del mundo, pero Harry tiene que entender que lo que sea que haya pasado el fin de semana, no va a cambiar lo que son.

Porque no es como si se fueran a enamorar y a andar agarrados de la mano. No. Hacer eso le compete con Chloe.

Cuando llega con su amigo, se saludan con un choque de puños.

"¿Hablas con ese maricón?", pregunta Steven, frunciendo el ceño y señalando a Harry detrás de Louis.

"No, supongo que ya entendió quién manda y solo quiere estar en paz", Louis traga saliva y Steven se carcajea.

Mientras caminan a aulas distintas, Louis no puede evitar sentirse culpable, porque otra vez mintió y porque no puede olvidar el semblante de Harry. Sabe que no debería importarle, pero hay algo en el centro de su pecho que burbujea; lo define como culpa.

Cuando entra al salón, se sienta en su lugar habitual, minutos después los demás comienzan a llegar, hablando cosas que no le importan, como su fin de semana y tantas mierdas más.

Pero traga saliva cuando Harry entra, lo sigue con la mirada y está dispuesto a sonreír cuando hagan contacto visual, lo cual no sucede, porque el rizado ni siquiera volteó a verlo, ni agachó la mirada y tampoco dejó de sonreír.

Louis no puede evitar pensar en su cuerpo cuando estuvo debajo de él, su sonrisa lasciva y...en sus labios. Traga saliva y de pronto, siente la necesidad de volver a besarlo, no porque guste de Harry, sino, porque sus labios son suaves y frescos y Louis necesita un poco de aire.

Él espera que esas emociones pasen y que Harry deje de estar en su mente, sabe que es cuestión de días, no debe hablarle y debe evitarlo a toda costa, porque todo fue un juego, con un inicio y un final, así que espera que Styles entienda eso y no vuelva a acercarse a él.

(***)


Para el día viernes, Louis es un manojo de nervios.

Está tendido debajo de un árbol con Chloe, ella es agradable, es una chica realmente dulce, habla sobre el bienestar animal y sobre usar bolsas ecológicas para aminorar la carga de contaminación en el planeta.

Louis tiene miedo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora