Octavo poema

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¿Cuándo alguien prestará atención a mis intentos por ayudar?
Yo se que muchas veces puedo sofocar,
pero siempre con nobles intenciones.
No importa qué tanto me esfuerze en demostrar mi cariño, siempre
habrá alguien más.
¡Nadie valora mi prescencia! Y yo, sufro en soledad.

Las noches son las peores, pues me dan tiempo para pensar
y pensar, y pensar...
Allí, recostada, con la nuca en la almohada,
me doy cuenta que no cuento con verdaderas amistades,
que nadie nunca me entenderá, que creerán que me encuentro divagando
o que simplemente no les importará.
¿Y a quién tengo yo, luego de varias horas de exsahustiva escucha?
A mí misma, y mis propios pensamientos, que sé
nunca nadie querrá escuchar.

No sé cómo nombrar un libro de poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora