Incluso después de años, ellos no podían creer que estaban cara a cara.
Clyde pensaba que después de que rompieran aquella relación iba a quedar completamente muerta por la distancia que ambos tenían. Y estaba totalmente equivocado.
El destino tení...
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CLYDE DONOVAN
Hoy es mi jodido cumpleaños, cumplo doce, literalmente sólo voy a tener a Tweek en mi cumpleaños, bueno aparte de mi papá y su prometida Liane, junto con Cartman, obviamente, ¿algo peor que eso?, no lo creo, se que Eric sólo viene por el pastel aunque realmente no me interesa.
Este cumpleaños va a ser el más aburrido que voy a tener en toda mi vida, estoy completamente seguro de ello.
Y no sólo porque no voy a tener al resto de mis amigos presentes, si no porque incluso tengo clases, es un jodido lunes.
Ahora me encontraba por los pasillos de la secundaria, estaban vacios pues ya las clases habían empezado, sí, llegué tarde un maldito lunes, y para terminarla de hacer mi primera clase era con el maldito Señor Miller, ese mismo que no me soporta.
Claro, como era de esperarse al llegar me pegó la cagada de mi vida, le respondí como era de costumbre, ya era una rutina para ambos, y si, a pasar dos horas en detención, genial.
Me dirigí a detención con la mayor cara de culo que pude haber tenido en toda mi existencia, al llegar toqué la puerta y escuché un "pase" de adentro del salón, abrí y lo primero que vi fue el aula decorada, una caja de donas, un fresco y algunos vasos. Ahí estaban Marcus el consejero y Tweek, ¿qué hace Tweek aquí?
—Ahh, ¿qué es esto?—Dije con una sonrisa pero algo extrañado—
Acabo de percatarme que ambos usan unos pequeños sombreros de fiesta. Tweek se acercó a mi con una sonrisa y me puso uno de los mismos que ellos estaban utilizando, justo después de eso me abrazó, correspondí el abrazo obviamente.
—Feliz cumpleaños, pequeña garrapata. —Dijo en medio del abrazo y ambos reímos—
—Gracias, cafeinómano.
Apodos con cariño, sabemos que no podemos ofendernos.
Al separarse de mi me dio la bienvenida al salón, yo entré y el consejero me felicitó por igual, sólo que sin abrazo, fue con un simple choque de puños.
—¿Qué haces aquí?—Le pregunté a Tweek una vez que se acercó a nosotros—
—Supuse que ibas a llegar tarde y cómo estamos con el profesor Miller también supuse que te iba a mandar a detención de buena mañana, así que digamos que hoy saqué mi lado rebelde y ahora estoy aquí.—Mientras hablaba se le veía una sonrisa completamente orgullosa, yo reí, se veía tierno y no podía imaginármelo llevándole la contraria a alguien como Elliot Miller—
