Chapter 9

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Veían la televisión mientras comían palomitas de dulce, serían las seis de la tarde en pocos minutos, no sabían a qué hora llegaría Jungkook, si es que llegaba esa noche, Seokjin apoyo la cabeza en el hombro de su novio, que empezó a dejar caricias en su cuello, besando de vez en cuando su cabeza.

Todo era calma, solo el ruido del televisor y cuando comían las palomitas, por eso escuchar un poco de bullicio repentino los hizo pausar la película, no muy seguros se quedaron escuchando, parecía ser en su casa, hasta que claramente se escucho como abrían la puerta, las voces se volvieron más nítidas, eran ellos, pero.

Ambos se vieron entre si concluyendo la misma cosa, tenían que ir a ver qué pasaba.

- Jungkook, por favor – pidió sin soltar su brazo, pero él ya cansado le dio un empujón algo fuerte, solo lo hacia más difícil, ya había tomado su decisión, no quería seguir con esa relación que eventualmente terminaría una vez él se suba en un avión, no creía en las relaciones a distancia, no iban con él, lo mejor era acabar todo ahora.

- Ya déjame en paz!! – exclamó entrando a la casa, su hermano y Namjoon que bajaban solo lo vieron entrar todo alterado, que solo paso por un lado de ellos directo a su habitación, Taehyung entro después decidido a seguirlo.

- Hey, que paso, Tae dime qué pasó – pido deteniéndolo, él forcejeo un poco, respiraba rápido, sus ojos llorosos.

- Él termino conmigo, le dije que me iría y .. y – como si recién cayera en cuenta se cubrió la boca para acallar sus sollozos, cayendo de rodillas al suelo, Seokjin se alarmó y se agachó.

- Tranquilo, solo está molesto, debió ser inesperado, si, ven a sentarte – miro detrás, Namjoon ya no estaba así que se calmo.

Entro y azotó la puerta casi sacándola de su lugar, tiro algunas almohadas al suelo y vio el conejo de peluche, fue hacia él y lanzo algunos golpes, lágrimas cayendo por sus mejillas, cuando se canso se dejó caer en el suelo abrazo sus piernas y escondió la cabeza en ellas.

Namjoon entro con cautela, viendo el desorden hecho en solo segundos, vio al azabache en el suelo llorando en silencio, suspiro pasando a sentarse a su lado, él no se movió, talvez porque sabía quién era.

- Terminaste con Tae – musito frotando su espalda, él dejo ver sus ojos y rojos por el llanto, hipaba tratando de calmarse un poco.

- Él se irá a Canadá – fue todo lo que dijo volviendo a llorar con más sentimiento, dejando que el mayor lo consolara.

- Llora todo lo que quieras para que podamos hablar más tranquilos.

Varios minutos después, estaba más calmado, entonces le contó lo que pasó, Namjoon escucho atento a cada palabra, para poderle decir algo, sabía que Jungkook podía llegar a ser algo cerrado, incluso necio, pero también tenía sentimientos, era sensible, entendía la situación que estaban pasando, ya que algo así le había pasado con su hermano.



Los siguientes días se la paso encerrado en su habitación, no se levantaba de la cama, solo para ir al baño o coger la comida que su hermano o Namjoon le llevaban, ya que estaba pasando por esa etapa por primera vez, lo dejaron ser, que se tomará el tiempo que sea para superarlo.

Claro que Seokjin estaba preocupado, pero eran procesos, etapas normales al atravesar la adolescencia, comprendía que no siempre iba a poder protegerlo del mundo, debía dejarlo aprender y volverse fuerte, solo no dejarlo solo en esos momentos.

Suspiro volviendo de dejarle la merienda, se sentó en la mesa mirando la bandeja de manzanas, si él estaba así, no podía imaginar cómo estaría Taehyung,, ese día que regresaron de su corto viaje se había ido muy mal, le pidió quedarse por esa noche pero no acepto, solo se fue dejándole un regalo que compro para el azabache, el cual dejo en su escritorio, pero seguía tal y como lo dejo.

Pero no iba a meterse, Jungkook tenía que darse cuenta solo, porque claramente sabía que estaba siendo injusto, tenía que aceptar y dejar el orgullo para hablar con Kim, esperaba que no se diera cuenta muy tarde, porque prácticamente no tenía mucho tiempo.

Acostado en su cama miraba casi sin pestañear el conejo de peluche sentado en el suelo, cerca de él, que curiosamente tenía impregnado la colonia que Taehyung solía usar, así que le recordaba al rubio, más el hecho de que él se lo regaló.

Sentía los ojos pesados de tanto llorar y no poder dormir por las noches, había empezado a tener pesadillas, parecía un zombi, no se imaginaba yendo así a su ceremonia de graduación, que era al día siguiente, que con pesar se levantó para darse un baño.

Antes de entrar a la ducha su teléfono vibró, por el tono predeterminado supo que era un mensaje de Taehyung, ya que esos días no se animó a ver qué le envío, está vez lo hizo, alzó el móvil de dónde lo dejo hace unos días y abrió el chat de él.

Un amor como el café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora