Capítulo 2: La Llegada a la Academia

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El carruaje se detuvo frente a unas puertas de hierro forjado cubiertas de musgo y enredaderas retorcidas. Dark y Lokir bajaron con cautela, sintiendo cómo el aire se volvía más denso y cargado de una energía misteriosa. Una neblina grisácea se arremolinaba a su alrededor, como susurros de antiguos hechizos.

Ante ellos se alzaba la ominosa Academia Arcana de Aldravir, un edificio gótico de altas torres y arcos oscuros que parecían desafiar al cielo mismo. Las piedras gastadas y cubiertas de líquenes parecían suspirar secretos olvidados y advertencias silenciosas.

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Dark mientras contemplaba el sombrío paisaje. Podía sentir cómo la magia permeaba cada rincón de aquel lugar, ocultándose en las sombras y desvelando sus secretos solo a aquellos lo suficientemente valientes para buscarlos.

Un joven vestido con una túnica negra se acercó a ellos, con sus ojos brillando con una intensidad inquietante. Era Ralof, un Mago Aprendiz con un aura de sabiduría antigua.

"¡Hola, recién llegados!", susurró Ralof con una voz que parecía fundirse con el viento. "Soy Ralof, un Mago Aprendiz de esta academia. Déjenme llevarlos a sus habitaciones y presentarlos a un Mago Oficial que los recibirá".

Dark y Lokir asintieron con cautela, siguiendo a Ralof por los pasillos oscuros y laberínticos de la academia. Las antorchas parpadeantes iluminaban el camino, proyectando sombras danzantes que parecían cobrar vida propia.

Finalmente, llegaron a una ala apartada de la academia donde se encontraban las habitaciones de los Novatos que aspiran a ser Magos. Ralof les indicó las puertas desgastadas y dijo rápidamente: "Aquí descansarán y se prepararán para el despertar de su poder interior".

Dark y Lokir entraron en sus habitaciones, que estaban decoradas de forma sobria con muebles antiguos y cortinas pesadas que apenas dejaban entrar la luz. El ambiente tenía un aire melancólico y evocaba la sensación de estar en un cuento olvidado.

Poco después, Ralof los condujo hacia una sala central, donde un Mago Oficial los esperaba con solemnidad. Era un hombre de cabello plateado y ojos penetrantes, vestido con una túnica azul real y un amuleto resplandeciente en el pecho.

"¡Saludos, jóvenes aprendices!", exclamó el Mago Oficial con una voz profunda y apurada. "Me llamo Astorius, y seré su guía en este sendero mágico. Permítanme darles una charla rápida sobre lo que les espera en esta academia".

Astorius continuó hablando enérgicamente, entregando instrucciones rápidas y consejos prácticos sobre las clases, las tareas y las expectativas. Su voz era ágil y sus palabras se precipitaban como ráfagas de viento, como si temiera perder un segundo de su tiempo valioso.

Dark y Lokir se miraron el uno al otro, tratando de asimilar toda la información que les llegaba a gran velocidad. Era como si Astorius quisiera apresurarlos hacia el camino de la grandeza sin darles tiempo para respirar.

Mientras las palabras de Astorius seguían fluyendo, Dark sintió cómo una mezcla de emoción y ansiedad se apoderaba de él. La magia, la academia y el destino se entrelazaban en una danza vertiginosa, y él estaba decidido a seguir el ritmo.

Dark y Lokir siguieron a Astorius a través de los corredores de la academia hasta llegar a una sala amplia y abarrotada. El aire estaba cargado de expectación y el murmullo de voces llenaba el espacio. En el frente de la sala, un Mago Oficial de aspecto imponente se encontraba frente a un pizarrón mágico, preparado para impartir conocimientos a los nuevos novatos.

El Mago Oficial llevaba una túnica roja adornada con símbolos antiguos y su barba blanca caía majestuosamente sobre su pecho. Su presencia irradiaba autoridad y sabiduría acumulada a lo largo de los años.

Reencarne con un Sistema MágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora