El poder del tacto

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Si todos supiésemos el inmenso poder que alberga nuestro tacto, quizá y nos convertiríamos en seres incapaces de saciar el deseo de admirar el efecto que causa éste sobre otro individuo. 

Es fascinante ver cómo un simple roce, un toque suave y delicado puede desencadenar las reacciones más deleitables: un erizamiento, un jadeo, un gemido, un suspiro o una de esas miradas. 

El deseo y la pasión va estrictamente vinculado con el tacto, ya que nuestro cuerpo necesita esos estímulos, anhela experimentar esos efectos y conocer hasta qué punto puede llegar con ese simple sentido. No es coincidencia que el sentido del cuerpo que abarca mayor zona es la del tacto. 

Toquen, acaricien y deleiten a sus amantes; y también permítanse ser tocados y acariciados por ellos, ustedes también prueben de ese éxtasis insaciable del tacto ajeno.

Suspiros de un corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora