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Los parques de diversiones se suponen que te brindan diversion y adrenalina, emociones que hacen sentirte vivo con ganas de más o al menos esa era la descripción que hacía Emily, Persona fanática de los parques temáticos y cuando digo fanática es que lo es; siempre le gusto sentir adrenalina al subirse a esos juegos, no había juego que ella no había probado. Y... La feria había llegado a Florida y Emily estaba más que emocionada, le encantaba ir a esos eventos desde que era pequeña, y ahora que ya era grande podía ir junto a su novio que bueno, algo de miedo le daban esos juegos. ¿Quien te aseguraba que era seguro? Es decir, quien te asegura no salir volando en medio una atracción. Si se que suena exagerado pero cuando te subes a algo que no está controlado por ti o no sabes si esos juegos mecánico tienen buen mantenimiento, funcionamiento o ninguna falla da miedo, o eso era lo que provocaba en sapnap ver una atracción, y una descripción clara de los parques de diversiones de parte del chico es: miedo y pánico.
— Vamos nick camina - dijo apresurada mientras iba a por un algodón de azúcar.
— Creo que no es buena idea comer y luego subirse a los juegos - hablo en un tono poco convencido.
— Te juro que lo he hecho muchas veces, no te preocupes - respondió alegremente con una sonrisa, llegando al lugar donde se vendían los algodones de azúcar; compro uno y con una linda sonrisa que parecía que no iba a desaparecer volvió con su novio quien la miraba. — ¿Quieres?
— Prefiero no expulsar nada de mi estomago...
— Pero lo compre para los dos - se quejo la muchacha extendiendo el algodón de azúcar a la cara del chico quien suspiro.
— Bien comeré - pronuncio sacando un poco de aquel caramelo que parecía una nube de color rosa, color que la chica le gustaba.
— Esta rico ¿verdad? - pregunto con una sonrisa para luego agarrar la mano de su pareja y pegarse a él.
— Si... tiene sabor a fresa - respondió mirando al rededor; observando las luces coloridas y el olor a palomitas de mais en el aire. — podemos intentar ganar un oso em. - trato de convencer a su novia quien río por lo bajo.
— Corazón ya jugamos a eso, ahora toca subirnos a las sillas voladoras - pronuncio emocionada comiendo un poco más de su dulce.
— No me pienso subir a eso emily - dijo algo espantado por la idea de subirse a esa atracción — ¿acaso nunca viste los accidentes que pasan en esas cosas ?
— Nick deja de asustarte a ti mismo... yo quiero ir a algún juego, y que no sea un juego para niños - se quejo — Decide tú, si quieres sillas voladoras o la montaña rusa.
