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Un molesto ruido hizo que Miguel despertara sin abrir los ojos.

Era el timbre.

- Miguel...- Dijo Lyla susurrando.

- ¿Qué?...- renegó el hombre con su voz adormilada y la garganta seca.

- El señor Edward Johnson está en la puerta y dice que no se irá hasta que T/N salga a hablar con él.

Miguel abrió un ojo con molestia.

- Muéstrame...- Dijo.

Lyla proyectó una imagen holográfica de la cámara de la reja, ahí estaba Edward con un ramo de flores y un aspecto nervioso.

- ¿Pero qué cree que hace?- Dijo en tono despectivo y bufó.- ese tipo no entiende razones.

- ¿Qué quieres que haga con él?

- Deja que venga a la puerta.- Respondió luego de pensarlo un rato.

- ¿Qué está pasando?- Preguntó T/N despertando y tallandose los ojos con un ligero bostezo.

De pijama llevaba una de las enormes camisas de Miguel.

- Preciosa, tienes visita.- Dijo él besandole la mejilla con malicia.

***

T/N se negaba rotundamente a bajar pero Miguel la convenció.

Mientras tanto Edward no dejaba de tocar la puerta de forma impaciente e intentaba mirar por la ventana.

Finalmente T/N apareció y abrió.

- ¿Qué quieres?- Dijo ella molesta. Recargandose en el marco con los brazos cruzados.

Él se aclaró la garganta y comenzó a hablar aferrándose al ramo de flores como si fuera un escudo.

- Quería disculparme por lo de anoche, creo que rebasé un límite en cuanto a mi atrevimiento.- Explicó.- No tienes que fingir tener una pareja para deshacerte de mi, te prometo que mis intenciones son serias contigo.

- Por millonésima vez, Edward, yo TENGO un novio.

- Escucha, lo digo en serio, yo quiero algo formal contigo.

T/N estaba comenzando a frustrarse y estaba a punto de rebatir cuando Miguel apareció detrás de ella.

- ¿A caso no hablas español?- Dijo colocando su mano en el hombro de la chica.- Ella acaba de decírtelo pero si tanto lo deseas yo puedo dejarte las cosas más claras.- Añadió en tono amenazante colocándole a ella detrás de su cuerpo como una barrera que le impedía acercarse.- ¿Eso es lo que quieres Edward?

El joven no decía nada, estaba mudo y parecía hacerse cada vez más pequeño en presencia de ese hombre corpulento e intimidante, Miguel iba desnudo de la cintura para arriba y en la parte de abajo llevaba el pantalón de pijama que hacía juego con la camisa que T/N llevaba puesta.

Edward negó con la cabeza rápidamente.

- N-no señor.- Atinó a decir.

- Entonces deja en paz a mi mujer y lárgate con tu porquería.- Dijo mirando el ramo como si fuera la peste.

Edward volvió a asentir y se fue a toda prisa, subió a su auto y condujo de vuelta a la salida.

Miguel cerró la puerta y se giró hacia ella.

- Asunto resuelto.- Proclamó orgulloso.

- Siento algo de pena por él.- Dijo ella.- Hasta me trajo un ramo... ¿Por qué tú nunca me das flores?

Él se acercó bruscamente a ella y la tomó del brazo jalandola escaleras arriba.

- Oye! Me lastimas.- Miguel la ignoró y la metió a su cuarto, arrojándola sobre la cama y colocándose encima de ella.

En la oscuridad (Miguel O'hara y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora